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Visto desde Alemania - Page 15

  • Faltan hombres

    5cfd58b39fbd1bdea36e1e66e7473ef6.jpgEs asombrosa la conclusión a la que llega el estudio "Not am Mann" (faltan hombres) del Instituto de Población de Berlín, recientemente publicado y recogido en las portadas de la prensa, sobre el éxodo de la mujer en la Alemania del Este a pocos años del vigésimo aniversario de la reunificación alemana.

    Desde 1989 un total de 1,5 millones de jóvenes se han trasladado a la Alemania occidental, especialmente mujeres cualificadas, buscando un mejor futuro profesional y familiar. Este déficit de mujeres no tiene parangón en Europa, ni siquiera en las regiones frías del norte de Suecia y de Finlandia.

    En muchas localidades deprimidas de la Alemania oriental este fenómeno migratorio se explica por el hecho de que las mujeres están mejor preparadas que los hombres. Sus expedientes académicos son mucho más brillantes que los de sus compañeros varones y, por este motivo, encuentran trabajo con más facilidad en otros lugares más desarrollados. Las consecuencias son, por un lado, un claro descenso de la natalidad y, por otro, la amenaza de una nueva capa social inferior que ha sido denominada "Prekariat" (precariado: véase su relación fonética con proletariado). Dicho segmento de la población lo forman varones que, por ser excluidos de los principales ámbitos de la sociedad (trabajo, formación, pareja...) pasan, a los ojos de la gente, a ser unos inútiles incapaces de mejorar de vida y que, además, se manifiestan más propensos a la violencia y a la participación en grupos radicales.

    El quinto capítulo de este estudio merece especial atención al analizar si los varones de la Alemania del Este se encuentran en una crisis de educación y de formación. En 1960 el 37% de los bachilleres con acceso a la universidad eran chicas. Hoy el 54 % de la chicas alcanzan el acceso a la selectividad. Estas cifras –dice el informe– no son sólo el resultado del sistema escolar (la gran mayoría de los colegios son mixtos), sino que también en el proceso de admisión escolar ya se perciben claras diferencias entre chicos y chicas. El 60% de los no aceptados son chicos y las chicas sobrepasan la cifra de los que son aceptados anticipadamente. Los chicos, con comportamientos llamativos más frecuentes, repiten curso con mayor frecuencia.

    Las diferencias entre chicos y chicas suponen distintas maneras de pensar, de aprender, de comunicar o de competir. Otros estudios atestiguan que los chicos tienen una mayor capacidad de abstracción y que las mujeres tienen una mejor capacidad de expresión y de comunicación. De este modo, las chicas parecen más adeptas al éxito en el colegio pues aquellas aptitudes que les son más necesarias, son precisamente las que tienen más desarrolladas.

    A casi un millón de chicos les falta el padre como ejemplo. Cuando llegan al Kindergarten y al colegio apenas encuentran personal masculino y, por eso, se habla de la "feminización del sistema educativo". Desconozco los datos correspondientes en España pero intuyo que nos acercamos bastante a esta situación.

  • Límite de velocidad

    58efc69cbfd11fe80853f3bfa06c4140.jpegRecuerdo el día que aprobé el exámen práctico de conducir en Colonia. Fue el 9 de enero de 1985. Amaneció el día nevando pero a la hora del exámen -apenas había salido el sol- el servicio de nieve ya había despejado las carreteras urbanas en su gran mayoría. El exámen teórico, recuerdo también, lo tuve que repetir una vez. Uno de mis fallos tontos, agravado por la dificultad de hacer el exámen en alemán, fue confundir la anchura máxima con la longitud máxima de un camión: no existen camiones con 20 metros de anchura.

    Una de las características de la conducción en Alemania es que en las autopistas, aunque con bastantes excepciones, no existe límite de velocidad sino una velocidad recomendada de 130 km/h. Hay que ir, por lo tanto, bien atentos a la hora de cambiar de carril en la autopista. De repente puede aparecer un Porsche, un Mercedes o un BMW de no se sabe dónde a 200 km/h, que seguramente te avisará con ráfagas de luz si cambias de carril mientras él está adelantando. Así que antes de adelantar es absolutamente necesario mirar los dos retrovisores y cercionarse, girando la cabeza, de que no está adelantando nadie.

    En las cuidades hay muchas zonas de velocidad restringida a 30 km/h, si son residenciales o cercanas a un colegio. Abundan rádares escondidos en un cajón gris que sacan fotos asombrosamente bien enfocadas, en las que se ve perfectamente la matrícula del coche y la cara del conductor si has incurrido en un exceso de velocidad. Ya me ha llegado alguna de estas fotos.

    Por lo general, la gente no conduce de una manera agresiva, sino de una manera respetuosa, cediendo el paso, sin acelerones, sin abusar de la bocina. Si has cedido el paso en una situación apretada, lo común es que lo agradezca el conductor levantando la mano derecha. La consecuencia de este comportamiento cívico es que la tasa de accidentes automovilísticos en Alemania es relativamente baja comparada con otros grandes países de nuestro entorno.

    El coche es uno de los hobbies de los varones. Por lo general nos gusta tener el coche limpio y en buenas condiciones. Para muchos el coche es un símbolo de la posición social o del rango en una empresa. Si asistes a una boda, lo habitual es poner un lacito blanco en la antena o en los retrovisores e ir en caravana tocando la bocina desde la iglesia hasta el lugar de la recepción.

    La empresa automovilística pertenece a los sectores industriales más fuertes del país y es fuente de un gran número de puestos de trabajo en el montaje de coches y en todas las empresas suministradoras de los componentes de un coche. El "Volkswagen" significa "el coche del pueblo" y es una de las marcas más comunes. La "BMW" es el acrónimo de "Bayerische Motorwerke", las "fábricas de motores de Baviera". Porsche y Mercedes son otras marcas alemanas bien conocidas en todo el mundo.

    Todavía tengo el antiguo carnet de conducir que me saqué a los 18 años, que es de validez permanente. No tiene el formato europeo de tamaño tarjeta de crédito, que se introdujo más tarde, sino es mas bien una especie de pergamino tamaño postal que se desbobla. Casi me entra nostalgia al verlo con la misma foto de hace ya 23 años. Como pasa el tiempo.

  • Contrastes

    6f7c8b178d6ca7fb4624a5bbb60301a5.jpegHace dos semanas estuve de nuevo en Mallorca y ya es casualidad que me encontrase a la canciller alemana Angela Merkel por la calle. En efecto, iba hacia Cort y a la altura de Conquistador pregunté a un policía: ¿viene alguien importante? "Zapatero", me contestó. ¿Y alguien más? "Merkel", me volvió a contestar. Las calles no estaban muy llenas, pero sí había alguien eran sobre todo alemanes. Así que me dispuse a saludar a Merkel, por si se terciaba la ocasión lo cual ya hacía sonrojar a mi hermana, que me acompañaba, sólo de pensarlo. No se acercó Merkel a la zona donde yo estaba, así que me quedé con las ganas. Ahora bien, quise gritarle "Willkommen auf Mallorca!" (bienvenida a Mallorca) pero el subconsciente me hizo una mala jugada y dije "Willkommen in Deutschland!" (bienvenida a Alemania). Menos mal que no lo oyó nadie. Me quedé asombrado de mi mismo.

    Ese mismo fin de semana seguí los titulares acerca del enfrentamiento entre Iglesia y Estado ante las próximas elecciones. ¿A quién le sorprende que la Iglesia ofrezca orientaciones generales relacionadas con los derechos fundamentales y con la dignidad humana a sus fieles antes de unas elecciones sin nombrar explícitamente ningún partido?. Y, ¿a quién le sorprende que el Gobierno español reaccione de esta manera? A nadie. Entonces, ¿de qué nos sorpendemos?

    Nicolas Sarkozy, un personaje que nos tiene a todos perplejos y que seguramente él estará más perplejo aun consigo mismo, dió un discurso el pasado 20 de diciembre (que le corresponde como nuevo presidente de Francia) en la basílica de Letrán en Roma. Habló de la "laicidad positiva", un término que me parece interesante. Allí expresó su deseo del "advenimiento de una laicidad positiva, es decir, una laicidad que, al mismo tiempo que vela por la libertad de pensar, de creer y de no creer, no considere que las religiones son un peligro, sino mas bien una ventaja (...). Vuestra contribución a la acción caritativa, a la defensa de los derechos del hombre y de la dignidad humana, al diálogo interreligioso, a la formación de las inteligencias y de los corazones, a la reflexión ética y filosófica es importante... en este mundo paradójico, obsesionado por el confort material, pero al mismo tiempo cada vez más deseoso de sentido y de identidad. Francia necesita católicos convencidos que no teman afirmar lo que son y lo que creen". Esto, por lo menos, está bien dicho.

    En este viaje a mi querida isla, que no sólo ha coincidido con el desembarco de Merkel, sino también con el aniversario de Jaume I, también he descubierto dos nuevos libros. Uno, el de Valentí Puig (que aunque yo fui a San Cayetano hasta los doce años, siendo él ahí profesor, desgraciadamente, no lo llegé a tener en clase): "La fe de nuestros padres", un libro excelente que vale mucho la pena leer para entender la clave de nuestros días. El otro libro es el de Santiago Mata: "El hombre que demostró el cristianismo – Ramón Llull", un libro de especial interés para apreciar el fenómeno islámico actual desde el prisma de la historia.

    De todos modos, después de volver a ver a la familia y los amigos, lo mejor ha sido ¡ver el mar!. Esto sólo lo entienden los mallorquines que han dejado de verlo.

  • Universidad de élite

    2e01813ae40073848b686416d882c6c7.jpegEn 1968, hace cuarenta años, los jóvenes alemanes reaccionaron contra la generación de sus padres a los que consideraban culpables del debacle nacionalsocialista. Eso también supuso cargarse todo aquello que, aunque fuera por asomo, tuviese que ver o pudiera haber sido causa de una educación que permitiese tal descalabro. Una de las manifestaciones fue derrubar todo lo pudiera suponer algún tipo de élite o de disciplina.

    Recuerdo que cuando empecé a estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones en 1985 en la Escuela Superior de Renania Westfalia de Aquisgrán, asistíamos a clase de matemáticas y de física en una especie de cine en el que cabían los ochocientos estudiantes que comenzaron conmigo la carrera (terminaron la mitad). Cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que mis compañeros alemanes empezaban a hacer aviones de papel y los lanzaban hacia el profesor sin ningún tipo de remordimiento. Me parecía muy infantil. Un catedrático montó un día en cólera pues por poco se metió la punta de un avión en su ojo, ya que, al levantar la vista del proyector sobre el que escribía su clase magistral, apenas veía, cegado por el potente foco. Esta anécdota no es nada comparado con las malas jugadas que en 1968 se hacían a los catedráticos o a todos aquellos que representasen cualquier tipo de autoridad, incluidos los propios padres. Era la anarquía total.

    Estudiar Telecomunicaciones en Alemania supuso sobre todo muchas horas de estudio. Todos los exámenes eran eliminatorios, no había exámenes parciales. Las épocas de exámenes eran de febrero a abril y de julio a septiembre. Nos pasabamos todo el año estudiando. Mis compañeros de estudio eran todos alemanes. Recuerdo que evitaba el trato con españoles para dominar el idioma pronto y bien. Algunos exámenes escritos, los más difíciles, duraban cuatro horas y a esos exámenes podías traer y utilizar todo tipo de libros y apuntes. No se trataba de estudiar de memoria, sino de entender cómo se resolvía un problema.

    La carrera les salió muy barata a mis padres. Por 200 euros de matrícula en total pude terminar la carrera en una de las mejores universidades del país. Una de las ventajas del milagro económico de Alemania después de la guerra fue que se facilitó el acceso a la universidad a todo tipo de personas, independientemente de sus posibilidades económicas. Esto les permitió a algunos vivir de ser estudiante, a costa del Estado: el estudiante "eterno" que no acababa nunca la carrera y que accedía a todo tipo de ventajas por el hecho de ser estudiante, por ejemplo, un seguro sanitario más barato, etc.

    Desde 2007 esto se ha acabado. Estudiar en Alemania cuesta ahora mil euros anuales y muchos de los estudiantes sólo los consiguen trabajando en su tiempo libre. También el año pasado el Gobierno Federal convocó el programa de excelencia universitaria y ya no es tabú hablar de élites y me siento muy orgulloso de que mi universidad haya sido escogida entre las de mayor prestigio: la Rheinisch Westfälische Technische Hochschule (www.rwth-aachen.de), comparable al MIT en USA o la ETH de Suiza. Sin duda es positivo que se premie la excelencia y el trabajo bien hecho.

  • ¡Tú eres Alemania!: la potencia europea busca una nueva imagen

    0a33ff2af6ed0d5bbfaf69f968ae14fe.jpegComo cada domingo he leído diagonalmente, así lo suelo hacer, el periódico Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung. Los periódicos en Alemania se distinguen por ser de gran tamaño y uno "desaparece" detrás de él, como si de una sábana se tratase.

    Esta vez me he quedado asombrado tras ver un anuncio gigante que cubre dos páginas completas. Se ve un bebé en los brazos de su madre en bañador. El texto dice "Tu fuiste un accidente, un pequeño accidente, un percance. Realmente nos descuidamos por un momento. Pero todo ha salido bien, muy bien. ¡No podía haber ocurrido nada mejor! Se puede enterar todo el mundo: ¡Hurra, la culpa es nuestra!".

    Este anuncio es uno de los doce que irán apareciendo hasta el mes de mayo en toda la prensa del país para fomentar un cambio de clima mental que logre una mayor aceptación de los niños en la sociedad alemana. Además de los anuncios impresos, cada día a las 19.58 aparece simultáneamente un spot de dos minutos de duración en las televisiones más importantes del país. Las bonitas imágenes del anuncio van acompañadas de la siguiente explícita y directa declaración:

    "Nos vuelves locos. Lloras toda la noche. Te orinas en la cama. Te salen los primeros dientes y luego incluso el sarampión. Primero el parvulario, luego el colegio y con 15 años nos tienes a nosotros. Sí, tú nos haces locamente felices. Tu adquisición es gratuita. Luego se vuelve cara. Necesitas tiempo y espacio. Nos «cuestas» los zapatos nuevos, la televisón grande y las vacaciones en la costa. Tú no eres un lujo, tú eres impagable. Hay muchos motivos para no tener hijos y el mejor para tenerlo: tú. No puedes hablar y nos explicas el mundo. No puedes correr y nos ayudas a dar un salto. Aprendes tanto cada día y nos enseñas mucho más. Nos muestras que nunca es mal momento sino realmente el mejor para recibirte. Tienes padre y madre y necesitas todo el país para crecer felizmente. No estás solo, sino es nuestra tarea más valiosa. Tú haces de dos personas una familia, de la vivienda más pequeña, un lugar de juego y de aventuras y, de fideos y salsa de tomate, una comida de fiesta".

    Y el anuncio concluye con esta rotunda frase: "Necesitamos más como tú, porque sin ti el presente no es divertido y el futuro ya pasó. Tú eres Alemania (Du bist Deutschland)".

    Esta asombrosa campaña (www.du-bist-deutschland.de) está financiada por diversos medios de comunicación privados (ARD, ZDF, SAT1, RTL, Kabel eins, Vox, n-tv, N24, Premiere) que han formado una sociedad de responsabilidad limitada para asegurar que se cumpla el fin de la campaña. Participan personajes de la vida pública, moderadores de televisón y deportistas como Reinhold Beckmann, Johannes B. Kerner, Florian Langenscheidt, Peter Maffay, Henry Maske, Nina Ruge, Eva Padverg y Renate Schmidt, que no cobran por su participación. Empresas como Deutsche Post AG, E.ON AG, etc. aseguran la financiación del proyecto. Por otro lado, importantes grupos editoriales como Axel Springer, WAZ-Mediengruppe ofrecen espacios gratuitos para los anuncios. Y, por último, más de cien emisoras de radio, Google, una empresa que publicita anuncios a través de vallas en las calles y una empresa de cine contribuyen a la difusión del mensaje.

    Niños de toda Alemania han contribuido a expresar sus pensamientos sobre una Alemania con un presente y un futuro feliz, y los han plasmado en dibujos. Varias agencias de marketing y publicidad han ofrecido gratuitamente sus equipos a disposición de la campaña.
    ¡Es un cambio copernicano!. Hace 37 años, el 6 de junio de 1971, la cabecilla del feminismo alemán, Alice Schwarzer, lanzó con ayuda de la revista STERN una campaña con la portada llena de mujeres famosas, que aparecían bajo el lema "Yo he abortado" (p.e. Romy Schneider, Senta Berger, Sabine Sinjen, Carola Stern y Veruschka Gräfin von Lehndorff). Más tarde algunas dijeron que en realidad no lo habían hecho, pero querían celebrar la posibilidad de poder hacerlo, tras la liberalización de la ley en Alemania. De hecho, el cálculo oficial es que, desde la liberalización, han tenido lugar 4 millones de abortos y no es una aberración suponer que la cifra real es probablemente el doble: 8 millones de abortos. Un hecho siempre oculto en el análisis del invierno demográfico de Europa.

    Es también llamativo que este año, la ministra federal de la familia, Ursula von der Leyen, tras ceder a la presión de muchos padres, diera orden de que se retirase el material de la "Bundeszentralle für gesundheitliche Aufklärung" (central federal para la información sanitaria) que describía con todo detalle contenidos de la reproducción humana y de la contracepción, sin ningún tipo de pudor y respeto por la educación afectiva y an distribuídos arbitrariamente en los colegios, sin previo aviso a los padres, violando así la ley de protección de menores.

    Es llamativa la fuerza con la que Alemania quiere cambiar su imagen hacia adentro, liderando un cambio social que sin duda es todo un ejemplo para Europa y para el mundo. Este esfuerzo no procede del Estado y tampoco de la Iglesia, sino de la sociedad civil y de individuos que, cada vez se dan más cuenta de que el país está en sus manos y que no pueden conformarse con esperar algo del Estado. Y curiosamente son los medios de comunicación (los mismos que nos están enseñando continuamente no lo que es la familia, sino os de personas egoístas que sólo quieren recibir y nunca dar) los que con esta campaña están contribuyendo a un nuevo modo de ver la vida y el futuro de la vida. Es un buen motivo de esperanza.

  • Notruf 112

    881a41bcb4e7e0da490260ea8a264af5.jpegTodo el mundo lo sabe. El número de teléfono de emergencias para la ambulancia o para los eros es el 112. Está escrito en casi todos los aparatos de teléfono del país.

    18 de diciembre. La cuidad está abarrotada. Es la una del mediodía. Yo también he hecho alguna pequeña compra navideña, en Neumarkt, una de la plazas centrales de Colonia, nudo del tráfico rodado y de tranvía. Paso por delante del Starbucks (cada vez hay más) y veo la estatua de la Virgen, que para muchos pasa desapercibida. "Dios te salve, María", digo desde dentro y sigo andando hacia el andén.

    Veo como un señor mayor, bastante gordo, que tambalea hacia una farola y apenas consigue agarrarse cuando cae desplomado delante de mi. "¡Dios mío!". Todo es cuestión de segundos. Esto tiene muy mala pinta. Un infarto o una hemiplejia, pienso. Saco mi móvil, e intento marcar el 112. Otro chico ya está marcando. Se pone nervioso porque no le cogen. ¡Ya! Describe el lugar y los síntomas. Una señora, como siempre más valiente, saca un pañuelo y le hace la respiración artificial. Otro empieza a hacerle masajes en el corazón. Apenas hay gritos o histerias. ¿No hay por aquí un médico?, pregunta una. Un médico se acerca y le atiende.

    Se oye la ambulancia. Han pasado tres o cuatro minutos. Una chica a mi lado, probablemente turca, saca las manos con las palmas hacia arriba y se pone a rezar en un idioma que no entiendo. Me impresiona. Se ve llegar a la ambulancia. Apenas consigue abrirse paso con este tráfico. Los coches de la derecha se mueven a la derecha y los de la izquierda a la izquierda. Se abre un carril. El conductor, con el megáfono, despierta a alguno que está en babia. ¡Múevase!

    Los servicios de emergencia son una bendición en este país. Son de una rapidez asombrosa. No sólo viene un camión camilla, que ya es medio quirófano, sino que en otro coche (un Jeep, en general) acude también un médico, según la gravedad del caso. Ya han llegado. Han pasado unos siete minutos. Los dos enfermeros saltan con unas maletas impresionantes que tienen de todo y con el desfibrilador. El señor sigue inconsciente en el suelo y cada vez más azul. Intento seguir rezando, pero apenas me sale una oración. No importa. Dios está ahí. Oxígeno, más masaje cardíaco y con mayor fuerza. Le han puesto los electrodos. El oscilograma sólo suena cuando le aprietan en el pecho. Mal asunto.

    El personal ferroviario disipa a los curiosos. Llega mi tranvía. Me subo. No tiene sentido esperar ahí. Un amigo, estudiante de medicina, que estuvo casualmente más tarde en el mismo lugar, me cuenta por la noche que vio como le cortaban la ropa del brazo para ponerle una inyección intravenosa. ¿Lo habrá conseguido superar?. Desde luego no sabemos ni el día, ni la hora, pero menos mal que existe el 112.

  • Spe Salvi

    b1cbb0bc8d68a82b6d3386fe30676c2a.jpgHay dos acontecimientos históricos por los que agradezco especialmente vivir en Alemania desde hace ya 24 años. Uno fue vivir la reunifiación alemana y, el otro, la elección de un Papa alemán. El segundo me permite leer los textos de Benedicto XVI en su lengua materna, que él domina con la maestría y la precisión del que practica la esgrima. Muchos juegos de palabras que él utiliza rozan la poesía. Con las traducciones siempre se pierde bastante. Pongamos el siguiente ejemplo de la última encíclica Spe Salvi. Al final del n.15 dice la traducción "¿Acaso no hemos tenido la oportunidad de comprobar de nuevo, precisamente en el momento de la historia actual, que allí donde las almas se hacen salvajes no se puede lograr ninguna estructuración positiva del mundo?".

    En alemán se habla de "Weltgestaltung". Por "estructuración positiva del mundo" entiendo clasificación y orden. La palabra Weltgestaltung es una de esas palabras alemanas como "Weltanschauung" o "Leitmotiv" que es casi mejor no traducir, puesto que además del significado ordenador tiene un significado creador. Gestalt quiere decir forma y, por lo tanto, Gestaltung dar forma, moldear activamente. Me parece una consideración muy importante para los cristianos que buscan el discernimiento con el laicismo y el islamismo. El Papa desarrolla el significado de la virtud teológica de la esperanza para un cristiano y para su entorno. Con esta encícilica emprendemos un viaje, partiendo de la Escritura, pasando por el pensamiento filosófico de la Edad Media, de la Revolución Francesa, de la Ilustración Alemana, de la Revolución Industrial, del Marxismo y del Leninismo y vemos con una nueva luz cuáles son los recursos éticos y filosóficos que estos movimientos han aportado al hombre. Vale mucho la pena leer esta encíclica y cabe esperar que la siguiente trate sobre la virtud teológica de la fe, tema preferido de Benedicto XVI y será, pienso, la cima de esta trilogía de encíclicas.

    Leo algunos titulares de esta semana en Alemania y no entiedo el mundo. Por ejemplo: "Homosexual condenado a cadena perpetua en Bonn por haber violado y asesinado a una niña porque «le apetecía»" ó "Madre asesina a sus cinco hijos cerca de Hannover en un acto de desesperación". Hecho una mirada a "Spe Salvi" n. 47 y 48 para encontrar respuesta a mis interrogantes: "El Juicio de Dios es esperanza, tanto porque es justicia, como porque es gracia. Si fuera solamente gracia, que convierte en irrelevante todo lo que es terrenal, Dios seguiría debiéndonos aún la respuesta a la pregunta sobre la justicia, una pregunta decisiva para nosotros ante la historia y ante Dios mismo. Si fuera pura justicia, podría ser al final sólo un motivo de temor para todos nosotros. La encarnación de Dios en Cristo ha unido uno con otra –juicio y gracia– de tal modo que la justicia se establece con firmeza: todos nosotros esperamos nuestra salvación «con temor y temblor» (Fil 2,12). No obstante, la gracia nos permite a todos esperar y encaminarnos llenos de confianza al encuentro con el Juez, que conocemos como nuestro «abogado», parakletos (cf. 1 Jn 2,1). Nuestra esperanza es siempre y esencialmente también esperanza para los otros; sólo así es realmente esperanza también para mí. Como cristianos, nunca deberíamos preguntarnos solamente: ¿Cómo puedo salvarme yo mismo? Deberíamos preguntarnos también: ¿Qué puedo hacer para que otros se salven y para que surja también para ellos la estrella de la esperanza? Entonces también habré hecho el máximo por mi salvación personal".

  • ¿Bebé o carrera?

    7aebb6bc570e680429e1f94fe60f817f.jpegDesde hace varios años existe un fuerte debate sobre la familia en Alemania que se ha desencadenado con el patente envejecimiento de la nación y con la falta de personal cualificado y especializado en el sector industrial.

    Me parece especialmente preocupante la noticia que publicó el 11 de noviembre uno de los periódicos más prestigiosos del país, el Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung: Están aumentando los casos de pleitos presentados por madres que se ven degradadas cuando regresan a su puesto de trabajo después de la baja por maternidad, que en Alemania es, como mínimo, de un año y puede ser prolongada a tres años, con la obligación por parte de la empresa de ofrecer un trabajo equiparable al regresar a la empresa.

    Cuanto mayor es la prolongación de la baja tanto mayor es la severidad de la "represalia". No son pocas las madres que, después de ocupar un puesto de responsabilidad y bien remunerado, se ven ante la alternativa de un puesto menos exigente y peor remunerado. Esto también les ocurre con frecuencia a los padres que optan por participar en la educación de los hijos, acogiéndose a las posibilidades que, desde este año, el Estado ofrece para la baja paternal de los hombres.

    También he observado el fenómeno contrario: en periodos de despido y de crisis aumentan los embarazos como vía de protección del propio empleo, ya que la empresa está obligada a mantener durante tres años ese puesto de trabajo. De este modo, la crisis económica contribuye, de un modo paradójico, a un aumento ligero de la natalidad.

    Conozco casos por referencias personales, especialmente en el mundo de los bancos, en los que se comunica explícitamente a las mujeres – lo cual, naturalmente, es ilegal – que el nacimiento de un hijo equivale a exponerse a un despido.

    Una política empresarial que no respeta la maternidad supone, ciertamente, una a para un país con una industria fuerte en el sector de los servicios. Existe una batalla por el talento en dicho sector, ya que una buena formación es uno de los fundamentos de la competitividad. Naturalmente este talento es abundante entre las mujeres, no cabe duda, y muchas veces más que en los hombres, ya que las mujeres, especialmente las que son madres, tienen más capacidad de hacer varias tareas simultanemente y tienen más empatía a la hora de captar el contexto de las diversas situaciones que se presentan en el mundo laboral y que, en algunos casos, llegan a recordar a algún que otro conflicto infantil...

    Lamentablemente buena parte del sector privado tiene un pensamiento único en esta materia y es el siguiente: Respetar la maternidad resulta caro para la empresa. Y no se tiene en cuenta que es prioritario aumentar el reconocimiento social de la tarea educativa de una madre, dada su aportación imprescindible para promocionar el talento de las nuevas generaciones. Lograr el balance entre ambas posiciones es el gran desafío del siglo XXI, al que tienen mucho que aportar tanto los varones como las mujeres de empresa. Las administraciones públicas deben involucrarse, sin complejos, y apoyar a las empresas que fomenten la conciliación laboral y familiar de hombres y mujeres. Para ello es imprescindible aumentar la conciencia de la Empresa Familiarmente Responsable. Una contribución concreta es el certificado que ha desarrollado el Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE Business School.

  • Tener raíces

    867384e08a85fd221fcc5b03de3730a1.jpgSi te paseas en un día de invierno con abrigo y bufanda por una ciudad o un pueblo de Alemania y ves a un grupo de niños cantando alegremente, cada uno de ellos portando una lámpara de colores iluminada por una vela, lo más probable es que sea 11 de noviembre.

    Se cuenta de San Martín de Tours, que fue obispo de esa ciudad, que iba cabalgando y al ver a un mendigo con muy poco abrigo se apiadó de él y partió su manto con la espada para que se pudiera resguardar del frío. Este fue el motivo de uno de los conocidos cuadros de El Greco. Esta escena se repite en muchas ciudades, barrios y pueblos de Alemania el día de San Martín, que coincide también con el comienzo de la temporada del carnaval y que concluye el miércoles de ceniza. Las lámparas se construyen en los colegios con papel de celofán y suponen el orgullo de cada niño. En la clase se aprenden las canciones típicas del día que los niños van cantando por la calle, en muchos casos acompañados de un San Martín cabalgante, y la jornada termina con una pequeña hogera en la que se reparte también un bollo de pan dulce con pasas, típico de esta celebración.

    También es tradicional en este día cenar el "ganso de San Martín", ya sea con la familia o con los amigos, lo cual también tiene su origen en la leyenda que dice que San Martín, al enterarse que iba a ser elegido obispo, le entró tanto pavor, que se encerró en un corral de gansos... y tal fue el ruido que armaron, que todo el pueblo se enteró de dónde se habia ocultado.

    Es bonito cuidar las tradiciones y los ritos pues dan orden y ritmo a nuestra vida y, de algún modo, cultivan también en los más pequeños, ejemplos que vale la pena seguir. Soy muy amigo de lo moderno y de los avances de la tecnología y poco partidario de quedarse anclado en un tiempo pasado. Ahora bien, me temo que el peligro de ser una persona sin raíces es cada día mayor, pues vivimos del "fast-food" y del "fast-everything". Todo tiene que ser rápido y, por lo tanto, resulta más superficial.

    Una vista al pasado, una vista a nuestro árbol genealógico puede ser muy aleccionador. Saber más sobre la vida de nuestros padres, de nuestros abuelos; de nuestros tíos y de nuestros tío-abuelos; de nuestros bisabuelos y de nuestros tatarabuelos es algo realmente emocionante. Los abuelos tienen una misión importantísima a la hora de cultivar la tradición familiar. No solamente son fabulosos contadores de cuentos, sino que también son fabulosos contadores de su propia historia. No podemos ser hombres ni mujeres sin historia. No existe el futuro si no tenemos nuestras raíces bien fijadas.

    Desde el año 2000 cada cinco años nos reunimos todos los descendientes de los padres de mi abuelo materno y nos juntamos unas doscientas personas y, ya que hasta ahora sólo una vez tuve la oportunidad de asistir, esa reunión familiar pertenece a unos de los recuerdos más felices de mi vida. Es todo un lujo conocer con nombre y apellidos a la mayoría de mis primas y primos segundos, que ya son casi una legión incontable. Mi familia es, gracias a Dios, "horizontal". Me aterroriza la familia "vertical" con apenas un hijo, que tendrá que cuidar de cuatro abuelos y de ocho bisabuelos. Por eso pienso que los gobiernos deberían potenciar mucho más las ayudas a las familias, para fomentar el necesario crecimiento demográfico y para asegurar que cada generación pueda cuidar a la anterior.

  • Diskutieren

    12d3cc9ef5ac2ff75ef46c1045ecfaa4.jpegDiscutir no es discutir. En alemán "diskutieren" quiere decir más bien, dialogar. Es un término de uso común en el mundo académico en el que la "Diskussion" – no hace falta traducirlo – es parte del discernimiento basado en el intercambio civilizado y pacífico de argumentos. Soy en efecto muy amigo de la conocida frase "hablando, se entiende la gente".

    En España la palabra discutir tiene otras connotaciones más bien de lucha. El que discute interrumpe, grita, quiere tener la razón, no escucha, habla deprisa, se sale por la tangente, quizá insulta o se le escapan palabras mayores. Cuando soy testigo de una escena de estas ya tengo dolor de cabeza solo de pensarlo.

    Ahora bien, independientemente del país del que se trate, pienso que en el mundo occidental y más avanzado desde un punto de vista mediático, estamos perdiendo la cultura de la conversación. Soy ingeniero de telecomunicaciones y tengo la teoría de que cuantos más instrumentos de comunicación mediática tegamos (mail, chat, Skype, YouTube, SMS, móvil, BlackBerry, televisión, iPod, etc), menos capacidad tenemos para establecer una conversación profunda, de persona a persona. Todo empieza con que quizá nos dejamos interrumpir durante cualquier conversación personal por "llamadas" ajenas que, en la mayoría de los casos, son menos prioritarias que la conversación que mantenemos en ese momento.

    Otro síntoma de la pérdida de la cultura de la conversación es que existe una desproporción, sobre todo en la gente jóven, entre el tiempo que se dedica a la conversación "virtual" y a la conversación real. La conversación virtual es siempre más pobre que la conversación cara a cara ya que no permite acceder a gestos o a captar la situación anímica del interlocutor o de la interlocutora de una manera adecuada.

    Existe toda una industria en el mundo virtual que intenta crear "communities", facilitando que se conozcan personas con intereses comunes, que si no fuera por internet, no se conocerían. Lo triste es que quizá aquellos que presumen de tener cientos de "amigos" o "contactos" en el mundo virtual, fracasan como verdaderos amigos en el mundo real.

    Lo más grave es que, dado el aumento de la comunicación virtual, perdemos la habilidad de conversar con una persona "en directo", de tal modo que se establezca una conversación afectiva, de corazón a corazón. Incluso nos puede pasar que ¡no sabemos qué decir!

    Subirse hoy en día a un metro, tren, autobús o tranvía puede convertirse en algo surrealista: cada uno con su "garbancito" en la oreja, como si estuviésemos en un psiquiátrico. Todos como si fueran autistas.

    Uno aprende a conversar dedicando tiempo a los amigos, a la esposa o a los hijos, quizá con motivo de un deporte o de una excursión. Parece sorprendente que tengamos que hablar y, en este caso, escribir sobre algo tan elemental y básico, pero creo que hay motivos suficientes para recordar el valor enriquecedor que tiene el intercambio personal de ideas y de puntos de vista.