En los primeros meses de 2008 un mosaico de acontecimientos ocurridos en Alemania está involucrando al país en un interesante debate ético. El telón de fondo del debate es el concepto de Estado que Alemania tiene de si misma. Se puede observar un aumento cada vez mayor de la presencia y del control del Estado, en algunos casos desmesurado, que tiene como consecuencia que no pocos alemanes con talento estén abandonando el país: investigadores, médicos, empresarios, familias, etc. y, mientras tanto, va aumentando la polarización interior y el campo de crecimiento de los extremismos. Alemania se encuentra ante la encrucijada del respeto a la libertad personal sin que esto suponga renunciar a valores y a virtudes que han convertido a este país en uno de los más importantes de Europa y del mundo. Destacaré algunos de los más significativos:
El debate sobre las prácticas de control fiscal: Klaus Zumwinckel, presidente del Postbank, fue detenido en su casa por los cochazos de la policía fiscal, con previo aviso a la prensa y a la televisión que pudo dar fe de la "ejecución pública". Se le acusaba de fuga de capitales en Liechtenstein. El Gobierno decidió optar por el escarmiento público para promover la auto acusación en aquellos casos similares a éste, una estrategia que ha dado buenos resultados. Lo llamativo de esta situación es que el Ministerio de Hacienda ha obtenido estos datos comprándolos a un antiguo empleado del banco de Liechtenstein, que los sacó ilegalmente y los vendió al servicio secreto alemán.
El debate sobre los salarios de los altos directivos de empresa: Muchos políticos, especialmente del partido socialdemócrata, SPD, reclaman que se publiquen los salarios de los ejecutivos. En mi opinión es de justicia reclamar que un ejecutivo cobre en relación a su responsabilidad y, también es de justicia, que los empleados reciban un salario de acuerdo con las ganancias o las pérdidas de una empresa. Ahora bien, no me parece justo que un ejecutivo negocie su indemnización (golden handshake) y llege a cobrar grandes sumas de dinero en el caso de que no logre alcanzar los objetivos que le impone el consejo de administración. Tengo que reconocer que pedir que se publiquen los salarios me parece un poco calvinista. Me recuerda a lo que sucede en las viviendas de Holanda, que no tienen cortinas para que la sociedad pueda controlar lo que ocurre dentro de los hogares.
Otro debate. El aumento del extremismo político es ahora de izquierdas: Alemania no tiene sólo extremismo político en los parlamentos de la Alemania oriental con un partido de talante neo-Nazi, sino que también el antiguo partido comunista oriental, ahora "Die Linke" (que todo lo espera del Estado), está consiguiendo entrar en los parlamentos de los Land de la Alemania occidental y está dividiendo a la SPD. Mientras unos optan por la colaboración o, por lo menos, por la "tolerancia" con "Die Linke", otros optan por seguir la pauta del programa de Godesberg de 1959, más abierta a la economía de mercado.
El debate sobre la integración turca: En Ludwigshafen fallecen once turcos en un incendio. Algunos medios turcos reaccionan inmediatamente, y sin conocimiento de causa, acusando al país de xenófobo. La investigación judicial, a la que se invita a participar a la policía turca, concluye que el incendio no fue provocado sino consecuencia de un defecto técnico. En este clima de tensión en Colonia aparecen anuncios en turco invitando a un discurso del presidente Erdogan. Acuden 15.000 turcos y el discurso es naturalmente en turco. Erdogan había invitado inicialmente a Merkel a hablar con él, que aunque en principio mostró su disposición para acudiar al evento al final rechazó la idea. Alemania se niega rotundamente a que se den clases de Islam en los colegios públicos y mucho más si no son en alemán. En Alemania viven tres millones de turcos. El cardenal de Colonia, con motivo del año jubilar de San Pablo, ha pedido al presidente Erdogan que construya un iglesia en Tarso. Alemania reflexiona sobre su propia identidad, ante lo que le es desconocido.
El debate sobre el valor de la vida: Cada año mueren cien niños en su hogar por causa de malos tratos o de negligecia por parte de sus padres. La Constitución alemana ampara el derecho del Estado para obtener la tutela de los niños en el caso de que los padres sean incapaces de mantenerles y de educarles. El Jugendamt es la oficina de jóvenes que se encarga en cada cuidad de vigilar que el Estado cumpla su obligación de tutela. Es común que el Jugendamt llame a la puerta del hogar si nace el to o el séptimo hijo preguntando a los padres si son conscientes de su responsabilidad. En algunos casos el Jugendamt puede conseguir, con la ayuda del juzgado, que algunos hijos pasen a la tutela estatal. Ya existen dos casos de familias que han impugnado la defensa del derecho de ocuparse de sus hijos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y han obtenido una indemnización de 50.000 euros. Ciertamente, no es fácil emitir un juicio definitivo, en cualquier caso mucho depende de los Jugendamt y de la habilidad con la que se juzga cada caso. La muerte de un niño siempre es motivo de polémica pública y el presidente del Land de la Alemania oriental Sachsen-Anhalt, Wolfgang Böhmer, médico ginecólogo, ha llegado a afirmar, por experiencia propia, que el asesinato de niños procede, en algunos casos, de que algunas mujeres reividican de esta manera su antiguo derecho al aborto, vigente en la antigua República Democrática Alemana. Una cruda realidad.
Y, por último, el debate sobre la investigación con células madre embrionarias. Alemania está revisando su legislación sobre esta materia y, aunque científicamente no está demostrada su utilidad, se habla del "pre-embrión" como si de algo pre-humano se tratase. Alemania tiene una de las legislaciones más restrictivas de Europa y esto hay que entenderlo en el contexto de la historia reciente de Alemania y del nacionalsocialismo. Alemania no quiere experimentar con el hombre. Curiosamente este debate está dividiendo a los protestantes, más propensos a una apertura en la ley, mientras que la posición de los obispos católicos es claramente contraria a cambiarla.
Sea como fuere, en estos intensos debates se están marcando las pautas que decidirán el futuro de este país. La mejor opción es siempre la de la libertad responsable. Como decía el psiquiatra alemán que sobrevivió Ausschwitz, Viktor Fankl: "A la estatua de la Libertad le falta la estatua de la Responsabilidad".
Comentarios
Muy bueno el post, muy interesante esta discusión. Enhorabuena por el texto