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¿Vulnerabilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad: La constante del Siglo XXI?

En mi corta vida (lo es en la perspectiva de la historia) ya he sido testigo de tres vuelcos del mundo. A cada generación le tocan los suyos. En 1989 observé desde Alemania la caída del Muro y el desmantelamiento de la Unión Soviética. En 2020 llegó la pandemia Covid y en este año 2022 nos ha tocado un reajuste tectónico, violento e injusto provocado por Putin, pero que ya venía anunciado y ya suenan las campanas de la crisis climática que aparentemente nos espera el 2030 o el 2050 a lo más tardar.

El término VUCA (Vulnerability, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) procede del entorno militar. Me da la impresión que describe muy bien lo que ha pasado a ser una constante y quizá lo fue siempre y cada generación tuvo que gestionar lo que le correspondía. En mi caso lo leo así:

Vulnerabilidad

La pandemia nos ha dado una lección de vulnerabilidad. Les ha tocado a todos en todo el mundo y casi al mismo tiempo. Los países ricos se han podido defender mejor y han contribuido a la defensa de los más pobres a través de la vacuna. Hemos descubierto el punto débil de la globalización y la fragilidad de las líneas de abastecimiento. Pensábamos que todo lo podíamos comprar en China y más barato y nosotros tan campantes.

Estamos siendo testigos de una guerra económica de gran envergadura y de un conflicto mundial de materias primas, en especial aquellas relacionadas con la energía y la alimentación. Ucrania es la cámara de grano de Europa y su falta agravará también el hambre en África.

También hemos visto también la respuesta heroica de los que están dispuestos a defender su país y de aquellos que están acogiendo a los millones de refugiados que se han puesto en marcha en pocos días.

Incertidumbre

Paciencia, resiliencia, flexibilidad y espíritu de improvisación son las virtudes necesarias para gestionar esta agotadora incertidumbre y por esto se le está dando tanta importancia a la salud mental. Hacer deporte, distraerse, desconectarse de la pantalla o relacionarse con personas queridas. Eso es lo que nos ayuda a ser pro-activos. Ante lo que parece interminable, hay que acercarse con espíritu de superación. Hace unos días hablaba con una mujer ucraniana que estudia en la escuela de negocios IESE y que tiene a sus padres en Kiev. Me decía: después de pasar los primeros cuatro días sin saber quien soy, ni que hora es, o si es de día o de noche, lo único que me da vida ahora es el amor a mi país y mis deseos de reconstruirlo.

No paramos de escuchar amenazas: que si armas nucleares, que si se alían los rusos con los chinos, que si enfriamos las cuentas bancarias y que si Taiwan se puede ir preparando. Esto agota.

Complejidad

Gran parte de la causa de la vulnerabilidad está en la complejidad. Vemos la interdependencia de los países y de sus fronteras con la pandemia y estamos viendo la complejidad global del conflicto entre Rusia y Ucrania. Se han manifestado al respecto países como Nueva Zelanda y Kenia. Ningún país en la historia ha recibido tanto armamento como Ucrania en tan poco tiempo y nunca ha habido una sanción concertada de tal envergadura como la que existe contra Rusia. Por otro lado, la necesidad de la cooperación y colaboración en la investigación médica, por ejemplo, no ha sido nunca tan beneficiosa, por decir algo positivo de la pandemia.

La complejidad ha sido agravada por la confusión deliberada de las “fakenews”. Ya hemos aprendido que la propaganda es uno de los instrumentos que anticipa y que acompaña a una guerra. Quién no está harto de que le envíen videos a favor y en contra del mismo asunto.

Ambigüedad

La ambigüedad es lo único que de algún modo podemos gestionar nosotros mismos. Es la hora de pensar cual es el fundamento de nuestra sociedad y de Europa. Nos toca discernir. Pocas semanas antes de que ocurriera este terremoto hemos estado muy ocupados (en Alemania por lo menos) con la teoría de Gender, como si no hubiera otros problemas que resolver. Estamos jugando con el concepto de la naturaleza: de lo que es natural o antinatural. ¿Quién lo decide? La concordia entre los pueblos solo es posible si hablamos el mismo idioma, si somos capaces de entendernos, si somos capaces de construir con la verdad.

Comentarios

  • Muchas gracias por compartir, coincido y reflexionar sobre esto

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