Corresponsales de la paz
Todos conocemos a los corresponsales de guerra, pero ¿quién conoce corresponsales de la paz?. "La prevención de conflictos en la era multimedia" es el título del forum que ha tenido lugar en Bonn del 3 al 5 de junio organizado por el "Deutsche Welle Global Media Forum" (www.dw-gmf.de). En este evento han participado más de 900 personas de la política, de los medios y de organizaciones internacionales provenientes de países de todo el mundo: Irán, Israel, EE.UU, Croacia, Argentina, China, etc.
El blogero chino Yang Hengjun afirmó 20 años tras la masacre de la plaza de Tiananmén que "cada Blog chino es una especie plaza de Tiananmén". Yang confirmó que "el Gobierno chino está aumentando la censura de internet incluso con la ayuda de empresas occidentales". Su blog lo siguen actualmente 5 millones de lectores. Hace 20 años podrían ser unos 300 los usuarios de internet. El "periodismo cuidadano" se ha convertido en un punto de encuentro de opiniones sobre Taiwan, Tibet, minorías y democracia.
Todos recordamos la revolución en Filipinas que terminó con la dictadura del presidente Marcos de un modo pacífico. También conocemos situaciones bélicas recientes como las de Kenia en el año 2007 o el genocidio de Ruanda que hubieran podido ser resueltas de otra manera si hubiera sido posible canalizar de otro modo la actuación de la población. El periodista, aunque pretende ser neutral, no siempre está en la condición de serlo. O bien por estar al servicio de una empresa que le marca una determinada pauta de comunicación o bien por el vocabulario que utiliza: puede llevar a aumentar la tensión del conflicto o a convertirse en un agente del diálogo y del entendimiento. Marte Hellema, presente en el congreso de Bonn, trabaja para el Centro Europeo para la Prevención de Conflictos (ECCP) (www.gppac.net) y su trabajo consiste en promover iniciativas de entendimiento en la sociedad civil que las haga más capaces de promover la paz.
Jugar a la guerra o promover la paz
Sigue siendo paradójico que una buena parte del mundo que está en situación de paz se pueda permitir el lujo de "jugar a la guerra" en casa delante del ordenador mientras que en otras partes del planeta no se conoce más que la persecución y la emigración debido a conflictos bélicos. Vladimir Bratic, profesor adjunto de medios de comunicación de la Hollins University (USA), recalcó como nuestra cultura mediática, alimenta los impulsos que conducen a la guerra o a masacres, como la sucedida recientemente en el patio de un colegio de Winnenden, Alemania, donde un joven de 17 años mató a 15 personas. Trágicamente la violencia va por delante de los medios y está en primera página. Ciertamente es mucho más difícil contruir la paz, pero intentarlo es importante. De hecho, en situaciones conflictivas la sociedad civil muchas veces es capaz de contrubuir a la paz usando la creatividad y los medios para comunicar mensajes que no alimenten el odio sino la compresión. Así lo hace el Padre Damas Missanga S.J. en Tanzanía, director de Radio Kwizera, que a través de sus ondas comunica los derechos y deberes de los refugiados o les informa de los horarios y lugares de entrega de alimentos en los campos de refugiados. De este modo se va creado un nuevo tipo de periodismo más sensible y proclive a resolver conflictos.
El nuevo momento de Gutemberg
El mundo periodístico está sufriendo una transformación sin precedentes. A través de la digitalización, el usuario se ha convertido en productor de contenidos puesto que gracias a internet tiene a su alcance medios de producción y de distrubución que en el pasado eran costosos y para los que se necesitaba un equipo y un personal muy especializado. Estamos experimentando una nueva revolución que tiene un impacto como la de Gutemberg y su imprenta, pero ahora en una escala mundial. Esto afecta también económicamente a las editoriales tradicionales de prensa, radio y televisión y está tranformando la profesión misma del periodista al que ahora le corresponde producir contenidos que podrán ser replicados en diversas plataformas de comunicación. ¿Quién compra hoy un transistor?, preguntó el Michael Krzeminski de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bonn-Rhein-Sieg. Incluso la Reina Rania de Jordania es activa usuaria de su canal en YouTube y en Twitter. Y lo nuevo de esta revolución es que es global y está ocurriendo en todo el mundo al mismo tiempo.
Un nuevo periodismo
El periodista tiene la misión de evitar que nos "hundamos en el mar de la irrelevancia", según dijo Huxley. Su tarea es la de proporcionar significado: aquello que distigue la señal del ruido. Esto le supone contribuir a elevar el nivel de la civilización del mismo modo que lo hace el maestro o el médico y de él se puede esperar que genere entornos que contribuyan a entrar en diálogo en un nivel personal y en un nivel social.
Un buen ejemplo es el del periodista Brian Storm (http://mediastorm.org) presente en el citado forum, que ha sido galardonado en dos ocasiones con el premio Emmy de periodismo. Con sus reportajes sobre la guerra del Irak, la crisis de Darfur o el genocidio de Ruanda ha conseguido que su pequeña empresa de seis personas alcance una cobertura mediática muy elevada y un periodismo de alta calidad. "Lo que me pone enfermo como periodista –dijo Brian– es tener que estar a las órdenes de la editorial. Cuando quise hacer un reportaje sobre el genocidio de Ruanda me dijeron que eso no le interesaba a nadie y menos a la gente jóven y decidí montar mi propia empresa. El 50 por ciento de los 4.000 fans que tengo en Facebook son jóvenes. No es verdad que las atrocidades humanas deje a los jóvenes indiferentes. Lo que yo percibo es un interés increíble entre los jóvenes y muchas ganas de mejorar el mundo. Para mí la tarea del periodista es mover la audiencia a la acción: que no se queden impasibles. No puede ser que la muerte de una persona sea una tragedia y la muerte de un millón de personas sea un simple dato estadístico. Nuestra mision es contar buenas historias y contarlas bien".