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Visto desde Alemania - Page 11

  • Recuerdos de Don José Orlandis Rovira, sacerdote y catedrático

    jorlandis.jpegCon sorpresa me llegó la noticia del fallecimiento de Don José Orlandis el día de Nochebuena. Por lo visto, a sus 92 años, no le bastaron las fuerzas para superar la última neumonía y se nos ha ido "sin dar la lata", como le había oído decir a San Josemaría Escrivá muchas veces, aunque los últimos tres años requirieron de cuidados más intensos por parte de los que le rodeaban.

    Recuerdo mi última conversación con él un día de mayo de 2010. Hablamos de todo aquello sobre lo que le gustaba hablar conmigo: de su sobrino José Orlandis Morell, compañero mío de clase en el colegio de Montesión de Palma, que falleció en 2006 a causa de un agresivo y fulminate cáncer. También hablábamos siempre sobre Alemania, país por el que tenía gran admiración y del que esperaba un gran avance espiritual para Europa.

    No me corresponde a mí comentar sus muchos y reconocidos méritos académicos como catedrático y, para quien no lo sepa, como eminencia del reino visigodo. Otros los harán y nos daremos cuenta que D. José, era por muchos motivos, un ilustre de nuestra isla.

    Me alegra recordar que Don José era un gran sacerdote y, para los que pertenecemos al Opus Dei, una conexión directa con su Fundador. El episodio más significativo es quizá el viaje que realizó en 1946 acompañando a San Josemaría Escrivá en su primera visita a Roma, con el propósito de obtener la aprobación pontificia y de ámbito universal para el Opus Dei, acontecimiento que dejó escrito en su libro "Mis recuerdos: primeros tiempos del Opus Dei en Roma".

    Don José no era solo un gran historiador sino también un gran narrador de la historia. Recuerdo como nos contó durante horas, ante un grupo de gente jóven del Opus Dei en 1981 en Mallorca, las vivencias sobre su retiro espiritual con San Josemaría en 1939 en Burjasot, Valencia; sobre los comienzos del Opus Dei en Madrid, que recogió en el libro "Años de juventud en el Opus Dei". Tambien sobre su estancia en Roma durante los años de la II Guerra Mundial, plasmados en "Memorias de Roma en guerra“. En el año 1997 oí su fabuloso resumen de la historia de la Iglesia durante la segunda mitad del siglo XX, que había recogido recientemente en un libro. Oirle contar era ¡estar ahí!, ser testigo del acontecimiento. Pienso que el mundo de las nuevas tecnologías y de lo virtual corre el riesgo de deshumanizarnos en este aspecto, pues la ansiedad que despierta la necesidad de la inmediatez de las noticias nos hace poco pacientes para contar y para escuchar y, por lo tanto, para asimilar, que eso es lo importante.

    También me alegra contar con el tesoro de tres cartas personales de Don José y caigo en la cuenta de que la era digital nos va a dejar en un futuro sin este tipo de cartas, lo cual es una gran pena. Una de 1988, otra de 2006 y la última del 17 de abril  de 2008. En esta última me contesta por mi felicitación por su 90 cumpleaños. Con gracia y para sorpresa de muchos, escribió un libro titulado "La vida a los noventa años".

    En esta carta me escribe: "Tan solo unas letras para darte las gracias por tu afectuosa carta de felicitación con ocasión de mi 90 cumpleaños. Es un motivo especial para dar las gracias a Dios por tan larga vida y tan larga perseverancia en su servicio en la Obra; da ganas de renovar esa gratitud, con aquellas palabras de la Escritura: "cursum consumavi et fidem servavi" y seguir bregando hasta el final, cuando Dios quiera". "¡Soñad y os quedaréis cortos!" eran aquellas palabras de nuestro Padre (así hacía referencia a San Josemaría) que oímos desde mucho tiempo atrás y hemos visto realizarse. Ahora, lo que importa es aprovechar bien los años que quedan, para esmerar en la vocación de santidad, que ha sido el gran don de la gracia de Dios en nuestras vidas... Os encomiendo y que me encomendéis, para que trate de ser hasta el final un "siervo bueno y fiel".

    Realmente dan envidia estas personas con una vida tan llena de sentido. Por último, recuerdo mi visita con Don José al cementerio de Palma al sepulcro de su sobrino Pepe, en compañía de su madre Noreta, donde también estaban enterrados los padres de Don José.

    Se ha ido una persona que vivía con un pie en el cielo y otro en la tierra, no sólo durante su enfermedad sino desde muy joven. Ahora ha dado el paso definitivo.

  • Dar la cara por los menores

    szg.jpgEstos días de Navidad son días para la familia. A veces he pensado qué sería del mundo sin esta fiesta de la Navidad. Si no existiera (aunque sí que existió) habría que inventarla.

    Vivimos en tiempos difíciles para las familias, ya que muchas se ven afectadas por la crisis. Incluso he leído artículos que postulan que la actual situación económica está siendo un buen aliciente para evitar rupturas familiares. No hay mal que por bien no venga. También se están dando nuevas formas de la familia que van más allá del guión previsto por la naturaleza. Incluso nos preguntamos: ¿Qué es la naturaleza? Y nos ponemos por encima de ella.

    Un ejemplo de ello son dos fenómenos que también son consecuencia de la decadencia occidental: el aborto y el abuso de menores. Stephanie zu Guttenberg, esposa del actual ministro Defensa alemán, dedica muchas energías y mucho tiempo a una necesaria cruzada en contra del abuso de menores. Ella es presidenta de la seccion alemana de "Innocence in Danger" (www.innocenceindanger.de) y ha escrito un libro, por desgracia necesario, sobre la dinámica del abuso, que se da mayoritariamente dentro de las familias, y sobre la sobrecarga pornografica existente, tanto en internet como en la publicidad, que acosa continumente a mayores y sobre todo a menores. El libro se titula "Schaut nicht weg! Was wir gegen sexuellen Missbrauch tun müssen" (No apartéis la vista, lo que debemos hacer ante el abuso sexual). Me admira que una mujer -noble de Alemania- de esta posición dé la cara por este tema nada apetecible.

    Stephanie zu Guttenberg afirma que el problema del abuso no es un problema de la Iglesia sino un problema de la sociedad. Aunque tampoco cabe duda de que cualquier intento de acallar un abuso cometido por un eclesiástico, con la idea de salvar el buen nombre de la Iglesia, es un grave error que la Iglesia está pagando caro este annus horriblis, especialmente en Alemania.

    Al leer el libro he recordado la felicidad de mi infancia, con apenas dos programas, bien dosificados, de televisión que veíamos en familia. También he recordado el día en que mi padre – tenía yo 9 años –me sentó en el sofá, me dió un diccionario– y me preguntó cuál era la palabra más bonita de ese libro. Al mirarle yo con gran asombro, me respondió: la palabra más bonita es "amor". Y acto seguido, me explicó cómo llegan los niños al mundo y desde entonces ya supe que podía hablar con mi padre o con mi madre de todo, y que ellos eran los primeros a los que debía preguntar si algo me angustiaba.

    Cada vez que cuento esta historia el 90% de las personas me dicen que sus padres nunca hablaron así con ellos. Es una pena. El mundo se pone patas arriba si los adultos se dedican a temas de menores (pedofilia, ¡qué horror!) y los menores se dedican a temas de adultos. Y, peor aún, se llega a fomentar la promiscuidad si los padres delegan en los colegios o en el Estado la "educación sanitaria" sin ningún tipo de pudor. El problema radica en que no se educa la afectividad ni un proyecto de vida fundamentado en el mutuo respeto y, sobre todo, en el amor -que es un don de si mismo y no un afecto egoísta-. Se vende un amor que no se encauza hacia la capacidad de una entrega mutua duradera. Espero que algún día se pondrán de pie los hijos de la "revolución sexual" y preguntarán a sus padres: ¿Qué nos habéis enseñado? ¿Qué ejemplo nos habéis dado?.

  • En pijama a la recepción del Presidente

    meckel.jpegEl pasado 14 de septiembre tuve la oportunidad de asistir a la lectura que Miriam Meckel hizo de su libro "Carta a mi vida, mi experiencia con el burnout". Este evento de la conocida profesora de comunicación corporativa de la Universidad de San Gallen (Suiza) tuvo lugar en la librería "Mayersche Buchhandlung" de Colonia.

    En un año ya han sido publicadas cinco ediciones del libro. Esta autora ya me había llamado la atención por escribir sobre temas que salen del main stream. Su anterior libro "La felicidad de la incomunicación. Salidas de la trampa de la comunicación" ponía ya en duda que seamos más eficaces si estamos continuamente pinchados a la Blackberry o emitiendo mensajes a través Twitter y Facebook que a poca gente le interesa.

    A Miriam Meckel se la ve planchada tras viajes continuos y sobredosis de comunicación. Duerme mal, el cuerpo se resiente y al ver que tiene 50 emails sin leer, se desmaya. El médico le prescribe 3 días de inactividad en una clínica: sin teléfono, sin internet, sin prensa, sin visitas. Simplemente mirar desde la ventana durante tres días. En esta situación se da cuenta de que tiene muchos asuntos que resolver en su vida: nota que desconoce las raíces de su vida, descubre que no ha procesado interiormente ni la muerte de su madre ni el suicidio de una amiga, se da cuenta que falta regularidad en su vida y que ha perdido el sentido de la orientación. Y lo que es más grave: cae en la cuenta de que no se ha planteado el sentido de su vida y escribe: "preguntar a alguien por el sentido de la vida en el día a día es tan valiente como acudir en pijama a una recepción del Presidente de la República"

    Dedica varias páginas a describir las prácticas que se dan en algunas empresas al ejercer un control a los trabajadores sobre los que caen sospechas de no hacer bien su trabajo. Esto ha llevado a un "cultura" de la desconfianza. Nos recomienda dedicar más tiempo al trato con personas que nos son importantes y reducir nuestra vida social. Meckel también echa en falta que apenas se escriban cartas de puño y letra. Comenta que el burnout es una enfermedad de moda de los que tienen éxito. Sólo la persona de éxito tiene burnout, que no es más que lo que antes llamábamos agotamiento físico y psíquico.

    Entre sus lectores se han formado dos bandos: Un bando lo forman aquellos que piensan que el libro es útil y supone una ayuda como aviso para aquellos que se encuentran en situaciones similares. Además está muy bien escrito y es muy idóneo para un audio libro, que ya está a la venta. El otro bando lo forman aquellos que piensan que es un libro más, típico de una mujer de carrera y sin hijos, sacando la conclusión de que el libro no le ha servido de escarmiento sino de autobombo. Yo me uno al primer bando.

    Pienso que un libro como este puede ser una ayuda más para hacernos reflexionar. Está escrito por una persona lejana de la práctica religiosa, como ella misma escribe. Razón de más para que aquellos que tegan la ayuda de la espiritualidad cristiana sepan sacar brillo de los recursos que les puede proporcionar la práctica religiosa. Puede bastar entrar en una iglesia, como las muchas que tenemos en nuestra isla –esperemos que estén abiertas– y pararse un poco a pensar y a rezar. Ya el hecho de pararse es un alivio.

  • El castillo Weissenstein, donde la música une culturas

    Pressebild.JPGMi educación musical no dio mucho de si: un poco de flauta dulce y un poco de guitarra cuando cursaba Educación General Básica. En Alemania se presta más atención a la educación musical ya que también es una buena manera de forjar el carácter de una persona.

    Este verano fui invitado por el conde y la condesa de Schönborn a un concierto en el castillo Weissenstein que está localizado en Pommersfelden, un pueblo al que es muy fácil acceder desde una de la autopistas que comunican el norte con el sur de Alemania. El castillo fue construido por un antepasado de la familia, Lothar Franz von Schönborn, entre 1711 y 1718, que gobernaba como Príncipe-Obispo de Bamberg y Príncipe de Mainz (Maguncia). Gracias a una donación del Emperador Carlos VI pudo construir así su residencia de verano. Se trata de uno de los castillos mejor conservados de Alemania pues sólo fue asaltado una vez por las tropas prusianas.

    Desde 1958, cada año tienen lugar conciertos de verano en el castillo (www.collegium-musicum.info). La iniciativa proviene del Conde Karl de Schönborn-Wiesentheid, que invitaba cada año a músicos jóvenes (entre 18 y 28 años) a solicitar la participación en esta academia de verano. Los que son seleccionados tienen todos los costes pagados. La idea de fondo era  fomentar el entendimiento entre las naciones. Cuando un judío y un palestino, o un turco con un armenio, forman parte de la misma orquesta, crecen los lazos entre pueblos aparentemente incompatibles. Cuando van pasando los días va creciendo la amistad entre los músicos, por ejemplo a propósito de las excursiones que desde ahí realizan a Nürnberg o Bamberg.

    Los jóvenes músicos son asesorados por conocidos directores y profesores de música. Este entrenamiento supone una preparación para la vida profesional y es una buena manera de descubrir brillantes talentos que luego tocarán en las grandes orquestas europeas y mundiales.

    El que tiene la oportunidad de participar en uno de estos conciertos se siente transportado al mundo barroco. El entorno del castillo invita a la imaginación a desatascarse. En la comida y en la sobremesa tuve la oportunidad de conocer a algunos miembros de la familia del conde y de la condesa, que me sorprendieron gratamente hablando conmigo castellano con gran soltura. Antes del concierto pudimos visitar las dependencias del castillo en compañía del conde Paul von Schönborn, que sigue con es tradición de la familia organizando estos conciertos.

    Más tarde, a las ocho y media, empezaba el siguiente concierto – al que ya no puede asistir –con los jóvenes músicos en el patio del castillo, acompañado por fuegos artificiales. En definitiva, todo un ensueño, mucho más bello que el mundo virtual de la red en el que nos movemos hoy en día y que muchas veces distorsiona la belleza y lo real. He aquí uno de los desafíos culturales de nuestros días. Unificar de nuevo la belleza, la bondad y la verdad. Estas tres manifestaciones del ser tienen una interdependencia. Lo bello nos lleva a lo bueno, lo bueno nos lleva a lo verdadero y lo verdadero es bello. No es fácil pensar en estas categorías metafísicas hoy en día, pero tampoco es imposible.

  • Ser madre

    Muttersein.jpegPoco se imaginan los hombres en qué consiste ser madre. Recuerdo a un matrimonio amigo mío que me pedía que rezara para que tuvieran un hijo. Lo hice. Me dijeron que después de varios tratamientos habían optado por la fertilización in vitro. Yo les expuse, delicada y respetuosamente, mis dudas éticas en relación a este método. En la Clínica Universitaria de Aquisgrán generaron once embriones de los cuales implantaron tres. Un día me dijeron que los embriones restantes, que fueron descartados, "les perseguirían toda su vida". Más adelante y por la via natural han llegado a tener tres hijos preciosos.

    El pasado seis de julio el Tribunal Superior en Alemania decretó que el diagnóstico genético de preimplantación no atenta contra la Ley de Protección del Embrión de 1990 y que, por lo tanto, es posible descartar aquellos embriones de los se tenga certeza de que pueden desencadenar una malformación. El tribunal menciona explícitamente que la selección del sexo no entra dentro de estos criterios. De todos modos, se han dado muchas quejas por parte de los que, lógicamente, temen una ruptura de muros encaminada al bebé de diseño.

    Por el contrario, no faltan aquellos que tienen ingenio para aportar soluciones originales al problema número uno de Alemania y de Europa: el invierno demográfico. Tanja zu Waldek, que ostenta el título nobiliario de Princesa y que vive en Colonia, sacó adelante hace unos años un portal para madres (www.netmoms.de) que se ha convertido en una de las páginas más consultadas por padres en Alemania, con un total de 22 millones de vistas al año. Tiene también una versión en castellano (www.netmoms.es) y otra en polaco. Al nacer su primer hijo abandonó su trabajo en la consultora McKinsey y empezó a investigar qué portales norteamericanos ofrecían los mejores servicios para las madres. En su portal se encuentran todo tipo de temas que interesan a las madres: fertilidad, el sueño de los bebés, la lactancia, cómo preparar un bautizo y un largo etcétera.

    Aunque es conocido que, en general, las mujeres son menos afines a la red que los hombres, el portal está diseñado de un modo gráfico muy femenino, en el que la mujer navega muy a gusto. También cuenta con una tienda on-line, con todo tipo de ideas (por ejemplo, el diario y el álbum de fotos del bebé) y con servicios de todo tipo de asesoramiento, ya que sobre todo es una red de intercambio entre madres.

    Esta empresaria tan innovadora me contó hace poco que la pregunta más frecuente que hacen las madres es: "¿soy la única que tengo estos problemas con mi hijo?". Parace ser que (sometidas a la constante expectativa de la perfeción en la familia y en el mundo laboral) les consuela mucho poder compartir sus preocupaciones en un terreno neutro.

    Una vez que este tema marche solo a Tanja Waldek le interesa penetrar en el mundo de las mejoras en la escuela. Si los padres empezaran a debatir más sobre este tema, aunque sea tan sólo en la red, se daría un gran avance, pues es un asunto que les incumbe mucho a los padres, antes que al Estado.

  • La España de los goles

    del bosque.jpgPoca gente sabe en España que el himno holandés dice lo siguiente en la primera de sus quince estrofas: "Al Rey señor de España rendí siempre mi honor". Esto tiene connotaciones históricas muy particulares. No sé qué pensarían los jugadores holandeses al cantar la melodía de su himno en la final del Mundial. Al mismo tiempo, en Alemania se preguntaban por qué los españoles no cantan con su himno.

    En Holanda, donde trabajé y viví medio año, para meterle un poco de miedo a los niños se les sigue diciendo: "ten cuidado, que si sigues portándote así, llamo al Duque de Alba". Otra connotación española en la vida de los holandeses es que los regalos de Navidad se entregan el 6 de diciembre, día de San Nicolás, que llega a Holanda en un barco que lleva por nombre "Madrid". Ese día San Nicolás o Santa Klaus, o como se le quiera llamar, se dirige a la embajada de España en La Haya, donde le esperan las cámaras de televisión.

    Hay partidos de fútbol que los alemanes califican de clásicos como: Alemania-Holanda o Alemania-Inglaterra. De los holandeses hasta hace poco se contaba en Alemania un chiste que decía: "¿Por qué tienen los holandeses orejas tan grandes? Porque sus madres en la frontera levantan a los hijos por las orejas para decirles: ¡mira ahí vive el Campeón del Mundo!". Ahora, sin duda, el partido Alemania-España se ha convertido desde la Eurocopa y el Mundial en un nuevo "clásico" para los alemanes.

    El día anterior a la final me di un paseo por mi barrio. El florista es un holandés al que le deseé lo mejor para el partido. Y el peluquero es español. Los dos tenían su bandera nacional bien puesta en el escaparate. Días antes leímos en la prensa las amenazas de muerte al pulpo Paul y, de hecho, se habla de un boicot al consumo de mariscos en Alemania…

    No cabe duda de que el fútbol tiene una relevancia social que no tiene ningún deporte. Basta ver como los jefes de Estado de desplazan a los partidos para ver y para ser vistos. Sólo con el fútbol tiene lugar este fantástico despliegue de banderas en la población. Algunos dicen que en realidad es un torneo, como en la Edad Media, pero en lugar de llevar a cabo un batalla campal, basta con que dos contrincantes entablen una lucha. De hecho, a un miembro del Ejército del Aire con el que vi el partido contra Alemania, en la emoción, se le escapó el comentario: "¡esto es la guerra!". No cabe duda de que un partido de fútbol del Mundial pone en marcha, de algún modo, aunque sea inconscientemente, la memoria histórica de un país. Bendita guerra, digo yo, si el fútbol contribuye a disminuir las distancias y los rencores entre países. El juego limpio y el espíritu deportivo de los jugadores es, en realidad, una magnífica muestra de espíritu cívico.

    Y ahora, cambiando de tercio sólo en parte, diré que es curiosa la coincidencia (que me recuerda al "pan y circo" de los romanos) de que seis días antes de la final del Mundial entrara en vigor en España una ley que es quizá el mayor gol que nos han metido y la mayor derrota humana del país desde hace mucho tiempo. Me estoy refiriendo a la nueva ley del aborto. España es, en este punto, el hazmereír de Europa. Esta calificación no tiene atenuante posible.

  • Recuerdos de mi tío Félix Pons

    Felix Pons.jpgMis recuerdos de la familia Pons comienzan en la reuniones familiares en Son Bibiloni, una finca que pertenecía a la familia cerca de Palma. Ahí se juntaban mis tías abuelas Bárbara, Magdalena y María Pons Marqués, la última monja religiosa, hermanas de mi abuelo José y de mi tio abuelo Félix, a los que no llegué a conocer. El Padre Marqués solía celebrar una Misa para todos y después teníamos una agradable merienda en la terraza de la finca. Ahí estaban todos los Pons que podían asistir. Esto son recuerdos de comienzos de los años 70.

    Con motivo del santo de la tías Bárbara y Magdalena también nos reuníamos en la casa de la familia Pons en la calle San Sebastián de Palma para otra tradicional merienda. En esa casa, que hoy ya tampoco pertenece a la familia, había un salón con un gran tapiz rojo en el que destacaba la flor dorada de los Jocs Florals, con el que fue galardonado otro antepasado nuestro, el poeta Josep Lluís Pons i Gallarça. Se hablaba poco de política en la familia Pons. Recuerdo haber preguntado al tío Félix qué recuerdo tenía del 23-F y me dijo: "¡No me hizo ninguna gracia!". Se dice de los Pons que tienden a soltar frases muy escuetas, lo cual es verdad en cierto modo, pero siempre acompañadas de cariño. Y el tio Félix era muy cariñoso conmingo, quizá por ser uno de los sobrinos segundos de mayor edad.

    Al abandonar Mallorca en 1984 para venir a Alemania mi contacto con los Pons se fue haciendo más escaso. Recuerdo que la primera vez que visité Munich, ciudad a la que ahora viajo con frecuencia, le envié una postal al tío Félix in memoriam de su padre, uno de los protagonistas del contubernio de Munich en junio de 1962. Siendo ministro de Administracion Territorial intercambiamos algunas cartas, siempre de tono familiar y así también en sus años en la presidencia del Congreso de los Diputados. Nos veíamos con motivo de las bodas de mis hermanos y en alguna que otra ocasión. La última vez en la que coincidí con todos los Pons Irazazábal fue en Viena, con motivo del 60 cumpleaños de mi tío Pepe, hermano de Félix. Fue un encuentro muy entrañable en el que Pepe proyectó unas películas que él mismo había hecho, que me remontaron a la época de Son Bibiloni.

    En los últimos años empecé también, en mis viajes a Mallorca, a visitar expresamente a mi tío Félix y también a su madre. Sentía una necesidad de aprender de él. Así lo hice dos veces. Con motivo de una entrevista que salió en el "Full dominical" del Obispado sobre la actuación de los cristianos en la política le escribí una carta de agradecimiento. Haciendo referencia a la mención que hizo Jordi Pujol en su biografía sobre él me constestó el 15 de marzo de este año: "Tenía noticia de la referencia que me dedica Jordi Pujol en sus memorias, aunque no la había leído. Tu fotocopia me resulta útil para comprobar lo débil que es la memoria humana. Es cierto que me negué a hacer uso de las facultades normales de la Presidencia para impulsar un proceso legisativo (el de la reforma de la ley del aborto) que los partidos no podían tramitar con sus propias fuerzas. No es cierto, sin embargo, que el Presidente del Congreso, ostente unos poderes excepcionales para cerrar la legislatura impulsando un proyecto concreto, a su elección. En cualquier caso, pecata minuta. Las palabras con las que Jordi Pujol traza mi perfil son mucho más generosas que las que me dispensó cuando ambos estábamos en activo. En fin, como reza una de las lápidas sepulcrales de la catedral de Palma, "posquam migravit doluerunt cives".

    Recuerdo el día de esta intervención en el Parlamento. Precisamente yo estaba en Madrid y le llamé por teléfono para felicitarle por su actuación y me respondió de un modo muy Pons: "He hecho lo que he pensado que tenía que hacer".

    La entrevista que concedió a la revista de los Antiguos Alumnos del Colegio Montesión que salió publicada en mayo de este año también recoge interesantes pensamientos de Félix. Ante la pregunta: "¿Los vaivenes de la educación en los últimos años repercuten en la calidad de la enseñanza e impiden que se tengan refrentes sólidos?, él respondió: "Todo ha cambiado mucho. Yo no puedo hablar de cómo es Montesión actualmente y tampoco otros colegios. Lo que si sé es que mis nietos irán a Montesión. Ahora que se empieza a tener una visión más crítica y menos devota de la transición (en la que se pensaba que todo había ido muy bien) ya se puede decir que hay una cosa que no ha salido bien, que es la educación. Se ha fallado básicamente en una cosa. No hemos tenido un esquema escolar estable y sólido que estuviera por encima de la alternancia política. Hemos tenido una danza y contradanza de leyes y de programas educativos que no ha funcionado. Y si a esto le añadimos que la vida social se ha movido en grandes niveles de la escala de Richter, es evidente que hacía más falta un esquema sólido en la educación. Desde que se tocó la Ley de Educación de Villar Palasí, que tuvo una vigencia bastante dilatada, todo fue un tejer y destejer".

    Pienso que una de las herencias de mi tio Félix es que los cristianos no se pueden desentender de la gestión política. Él no era partidario de una política cristiana, que no es fácil definir, sino más bien de una política de cristianos con una formación sólida. Si yo estuviera en Palma, quizá pondría mis servicios a la política, pero como no es así, no podré tomar el relevo de mi tío. Nunca me lo he planteado en serio. Espero que otros lo hagan.

  • Campeón del Mundo

    campeon.jpegEsta mañana me han llegado varios SMS de amigos alemanes para felicitarme por el mundial. Todos coinciden en que España ha jugado de miedo. Tengo constancia de que la mayoría de los alemanes estaban ayer a favor de España, con tal de que Holanda no ganara el mundial.

    Los alemanes tienen amarga experiencia de la agresividad holandesa que tuvo su culmen - perdonen los lectores - en el ecupitajo que soltó Frank Rijkaard a Rudi Völler en el mundial de 1990, a parte de otras connotaciones históricas. En ese partido el árbitro argentino les sacó a los dos tarjeta roja y Rijkaard repitió su osadía al salir del campo. Rijkaard se excusó en 1996 con una carta abierta a Rudi Völler.
    Personalmente me tuve que coformar con oir el partido en la radio a 150 km/h pues a un buen amigo se le ocurrió la genial idea de celebar su preciosa boda el día de la final. Llegé a casa para ver la entrega del premio. Que pena que las cámaras no enfocaran más a la Reina.
    Mis amigos me preguntaban que si estaba a favor de España o de Alemania. Yo les decía, que en cualquier caso, yo salía ganando. Una respuesta muy Pons, muy diplomática...
    Los alemanes calificaron de "decepcionante" la derrota contra España. Yo vi ese partido en casa de unos amigos murcianos. Cuando llegó el gol de España salí a fuerta para tocar a bocina, para que todo el vecindario se enterase. Al terminar el partido los vecinos se acercaron a dar la enhorabuena. De camino a casa seguí tocando la bocina en una de las avenidas principales: todita entara para mi. El día del partido la oficina de enfrente estaba llena de banderas alemanas. Al día siguiente yo colgé la bufanda con la bandera española que me regalaron mis amigos murcianos y ahí sigue...
  • Un paseo por el Reichstag

    Reichstag.jpegCuando asisto a alguna recepción o conferencia me suelo proponer conocer a una persona o como máximo a dos, pues uno no logra mantener más de una o dos conversaciones sensatas. Esto es lo que me ocurrió recientemente en Colonia en una conferencia a la que me invitó el club de prensa de Colonia sobre la política exterior alemana que impartía el ministro Werner Hoyer.

    Al terminar la magnífica conferencia nos invitaron a tomar algo y me vi rodeado de mucha gente elegante que no conocía. Una buena manera de salir del apuro es decir a alguien que quieres conocer: "Yo no conozco aquí a nadie, ¿y usted?". Suele ocurrir que el interlocutor se solidariza y responde: "Yo tampoco". Así fue el caso. Resultó que hice mi pregunta mágica ni más ni menos que al secretario personal del ministro, que me puso al día de la vida cotidiana en el ministerio. Parte de la ceremonia consiste lógicamente en intercambiar las tarjetas de visita. Para ello, una de las premisas es no olvidarlas.

    Como se trata de una persona bastante simpática, como lo son muchos alemanes (y lo digo para romper la falsa imagen que de ellos uno pueda tener), me dijo que la próxima vez que viaje a Berlín, me enseñaría personalmente con mucho gusto el Reichstag, el edificio del Parlamento alemán, el actual Bundestag (www.bundestag.de). Dicho y hecho. A las pocas semanas tuve que realizar un viaje a Berlín y una cita que tenía para el lunes por la tarde se tuvo que cancelar repentinamente. Entonces me acordé de mi simpático interlocutor y le llamé por teléfono el viernes y le dije que tenía un espacio libre el lunes y que, si le venía bien, con mucho gusto me gustaría visitar el Reichstag. Él me dijo que le venía bien y quedamos el lunes a las 14.30 en la entrada norte del Reichstag, al lado del río.

    No tuve que hacer cola. A las 14.30 me dirigí a la recepción de la entrada y dije que tenía una cita con el que ahora es mi amigo. Me pidieron el pasaporte, se lo quedaron, y mientras tanto me dieron una tarjeta de color dorado para que me la colgara en un sitio visible. Llamaron a mi amigo, que llegó a los pocos minutos. Me dijo que teníamos suerte de que su jefe, el ministro, estuviera volando a Lisboa, así que seguramente nadie nos interrumpiría.

    Fuimos pasando por las zonas por las que la mayoría de la gente no pasa. Vimos las paredes con frases en ruso escritas por los soldados que tomaron el Reichstag en 1945. Algunos conocerán la imagen de la bandera comunista soviética ondeando sobre el Reichstag.

    Desde fuera veíamos el hemiciclo, que actualmente se está adaptando para que pueda tener lugar la elección del nuevo Presidente de la República. Son alrededor de mil personas las que eligen al Presidente y para esto es preciso desmontar las mesas de los bancos de los diputados.

    Subimos al tejado, desde el que hay una gran vista de Berlín. Especialmente emblemática es la vista de la Puerta de Brandenburgo. Le pregunté si recordaba el famoso discurso de Juan Pablo II en 1996 en este lugar y me contestó que era demasiado joven en esa época. Se lo facilité por email más tarde y le dije que sueño con el día en el que el Papa Benedicto XVI pueda dar un discurso en el Bundestag. Mi amigo se quedó muy pensativo.

  • Víctima de lo políticamente correcto

    Eva_Herman_Buch3a_D_376445g.jpegLa presentadora de televisión Eva Herman y autora de libros sobre el feminismo y la familia ha publicado recientemente el libro "La verdad y su precio -la opinión, el poder y los medios-". No deja de ser interesante lo que escribe una persona que ha sido durante más de 20 años "la cara" de las noticias en la emisión del telediario más visto en Alemania.

    Alemania está crispada ante la crisis demográfica. En sus libros Eva Herman habla de la importancia de la madre para un hijo en sus primeros tres años. Algunos no soportan oir esto. Eva Herman no está en contra de que una madre tenga que confiar a su hijo durante esta época a un jardin de infancia. Lo único que Eva Herman afirma es que es un riesgo para el hijo no estar más cerca de su madre, sobre todo si no se encuentra en buenas manos. A algunas feministas como Alice Schwarzer no les cae muy bien Eva Herman. Desde su revista "Emma" lanzaron una campaña para hacer ver a la emisora de una televisón que un mujer que defiende estas posturas no es neutral y, por lo tanto, no puede ser presentadora de una televisón estatal. Es curioso observar cómo la maternidad provoca debates tan oscilantes en la opinión pública alemana.

    El modo más eficaz para descualificar a una persona en Alemania en la opinión pública es posicionar su modo de pensar cerca de la ideología nazi. Es la sentencia de muerte en la opinión pública. El que es tachado de nazi - con motivo o sin el - es lógicamente una persona non grata. Con motivo de algunas afirmaciones sacadas de contexto, fueron muchos los medios que pusieron a Eva Herman en este trance, sin darle oportunidad de aclarar el malentendido. Es especialmente interesante observar como una profesional de la comunicación se convierte en víctima de lo políticamente correcto. Lo único que pide Eva Herman es que se investigen sus afirmaciones del mismo modo que los medios, quizá hipócritamente, piden que se investige en Rusia o en China.

    Especialmente cómico fue el tribunal televisivo organizado por el famoso moderador Johannes B. Kerner. Éste quiso, en un afán de gallardía y caballerosidad, dar una oportunidad a Eva Herman para defender su posición. En el transcurso de la grabación se vio que realmente se trataba de organizar un escándalo mediático sin precedentes en la historia de la televisón alemana, digno de ser tratado en todas las escuelas de periodismo. En vez de darle oportunidad de explicarse, intentaron "pillarle" de nuevo en un aprieto y, como no lo consiguieron, no se le ocurrió a Kerner idea más feliz que decir: "Yo despido a Eva Herman", con lo cual ella se levantó y abandonó el escenario.

    Con fecha de 27 de julio de 2009, el Juzgado Superior en Colonia imputó una indemnización de 25.000 euros a la editorial Springer, dueña del periódico "Hamburger Abendblatt", por haber citado de una manera deliberadamente errónea a Eva Herman, poniéndola en la cercanía de la ideología nazionalsocialista, contibuyendo de esto modo a arruinar su buena fama y dañando gravemente los derechos de su persona.