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Visto desde Alemania - Page 7

  • Pep Guardiola, un intelectual

    PepGuardioa.jpgAlgo serio ocurre cuando se anuncia en Munich que el entrenador del FC Bayern recitará en la Casa de la Literatura de esta cuidad unos poemas en catalán de Miquel Martí i Pol, que le han dedicado a él y a su mujer, Cristina. A Guardiola le unía una amistad trazada de muchas conversaciones sobre los asuntos de la vida y de la muerte con el autor, hasta que falleció en 2003.

    Guardiola tiene fama en la ciudad por evitar aparecer en público. Es más, su presencia es inexistente en la vida de la sociedad alemana. Este silencio estrepitoso llama la atención y hace que la sala se llene con 300 personas hasta desbordar el aforo. Esta excepción es realmente llamativa. Que pena que cuando me enteré de este evento ya no quedaban entradas. A pesar de eso se transmitió en directo por internet. La bienvenida la dio también Àlex Susannab, del Institut Ramón Llull. El actor Thomas Loibl tradujo los poemas. A los 90 minutos terminó el recital poético con un gran aplauso. Guardiola dijo entre otras cosas: “no he venido para ser embajador literario, pero me alegro si mi presencia sirve para aumentar el interés por Cataluña”.

    No era una velada de carácter político. “Los poetas tienen el dote de decir con pocas palabras lo que nos preocupa”, comentó Guardiola. Esta persona, que parecía distante e intocable, se presentó casi con ternura.

    Era la primera vez que un entrenador de fútbol acudía como ponente a la Casa de Literatura de Munich. Quien se atreverá ahora a decir que los futbolistas no pueden ser intelectuales.

    Sé poco sobre el fútbol. Es más, presumo de no saber nada de fútbol. Esto a algunos les saca de quicio. Que le vamos a hacer, no tiene remedio. Pienso que el fúbol tiene una misión importante en la vida de los pueblos y lo entiendo como fenómeno de masas. Por eso, que Pep Guardiola destaque de este modo me consuela.

  • Pérdida competitiva

    sprueche-zur-geburt-260930.jpgSon cada vez más numerosos los artículos que se ocupan con la situación demográfica de Alemania. Este es la caso del artículo aparecido el pasado 29.5 en el Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre la pérdida competitiva que supone que Alemania sea el país del mundo con la menor tasa de natalidad.

    El hecho está en que la digitalización y la efectividad en la producción no pueden compensar, ni de lejos, a lo que se aproxima a Alemania en los próximos dos decenios: una caída considerable en la mano de obra capacitada. En Alemania nacen cada cinco años 8,2 niños por mil habitantes, mientras que en Japón son 8,4. En la Unión Europea se acercan Portugal con 9,0 e Italia con 9,3 .  De esto modo Alemania se convertirá en un lugar de trabajo menos atractivo y menos eficaz. Esto hace aún más imprescindible la corriente de mano de obra extranjera.

    La consultora “The Boston Consulting Group” pronostica que en quince años faltarán entre 5,8 y 7,7 millones personas en condición laboral. Esto afecta a todos los Land y pone el peligro el beinestar del país.

    Parece ser que nos vamos a tener que ir acostumbrando a noticias como esta. En la cuidad de Múnich, la media de edad de una mujer en el parto del primer hijo es de 35 años. Lo que me parece mucho más grave en la clase médica de los ginecólogos es que el 70 por ciento de los mismos, cuando una madre comunica la sospecha del nacimiento del tercer hijo, la pregunta de este profesional que así se autodesprestigia, suele ser: si se trata de un „accidente“, o si de verdad desea tener el hijo y un largo etcétera de impertinecias e intromisiones en asuntos que no le corresponde comentar.

    No es este un problema trivial y sin con consecuencias. Basta pensar que la media de edad en el año 2020 en Alemania será ya de 60 años. En vez de cochecitos de niños, veremos mayoritariamente carritos de anciano por la calles.

    Todo esto es un buen motivo para reflexionar sobre nuestros valores y sobre los fundamentos de nuestra sociedad.

     

  • Biergarten

    image-14764-pano_1.jpgHa comenzado el buen tiempo y en Alemania la vida en la calle va en aumento. En Munich se nota especialmente el tirón de las temperaturas cálidas. Nada más salir el sol la gente se sienta en las terrazas de los bares, aunque sea con una manta y debajo de una estufa. Ahora, en primavera y verano, ya no hace falta tanta indumentaria para abrigarse.

    El Biergarten (jardín de la cerveza) es un lugar de encuentro social. La cerveza se sirve en mesas y bancos sencillos y alargados. Por lo general son bancos sin respaldo, en los que caben alrededor de diez personas. Por lo tanto, se comparte muy probablemente banco y mesa con personas que uno no conoce pero que quizá, al final de la velada, también llega a conocer. De este modo el Biergarten cumple la misión social de mezclar a personas de diversa procedencia y fomenta el diálogo.

    Uno encuentra estos Biergarten en las plazas y jardines de la cuidad. Por lo general están situados debajo de árboles que dan sombra y refresco en el verano. En Munich el Biergarten por antonomasia es el Chinesicher Turm (la torre china) en el Englischer Garten (jardín inglés). Alberga 7.500 plazas y cuenta con la oferta culinaria propia de un Biergarten (más bien tipo salchicha). Antes o después de la cerveza se puede dar un paseo por el jardín en un coche de caballos. Algunos días también cuenta con una banda musical que toca la música típica de Baviera. Durante los partidos de fútbol se ponen pantallas gigantes, e incluso se puede acceder al WiFi para no perderse ni un mensaje...

    A pesar de estar en medio de la naturaleza, el ayuntamiento hace la vista gorda en lo que se refiere al ruido. El mayor Biergarten del mundo se encuentra en Munich en el Hirschgarten (Jardín del ciervo).

    Aunque el Biergarten proviene de Baviera se ha extendido por todo el país y es una de las típicas experiencias más agradables de la vida en Alemania.

  • Los bávaros

    bayern-fans-540x304.jpgDesde octubre vivo en Baviera después de haber residido 30 años en Renania Westfalia (Colonia y Aquisgrán). Algunos me avisaron: “cuidado con los bávaros”. En efecto, los caracteres de las personas son distintos en Alemania, como en todos los países de grandes extensiones.

     El bávaro tiene su historia y su pasado en un entorno de la agricultura y, por lo tanto, son personas que aman sus tradiciones y no les hace ninguna gracia que alguien las ponga en ridículo. No por llevar un pantalón corto de cuero o el traje típico de la mujer (el Dirndl) es uno bávaro. Ahora bien, el bávaro se encuentra muy a gusto con esta indumentaria.

    Son personas de pocas palabras o incluso monosílabas. A algunos, eso les parece brusco. Les gusta meterse con los alemanes pálidos del norte que “tienen cabeza de pescado”. Les encanta la cerveza, que beben como si fuera agua, y tocar música tradicional con instrumentos de viento. Son bastante cabezotas y a primera vista parece que están de mal humor.

    Les encanta hablar en su dialecto que es incluso difícil de entender para personas del norte del país. Al hablar acortan mucho las palabras.

    Les encanta Italia y llama la atención que la oferta de vuelos de Munich a Palma de Mallorca es absolutamente mínima en comparación a la oferta que existe desde Colonia o Düsseldorf. De hecho, esta zona de Alemania, con sus valles, lagos y montes en tan bonita que alejarse se hace superfluo.

    Al bávaro le encantan los licores y jugar a las cartas incluso en competiciones para este propósito.

    Baviera tiene una población elevada de católicos y después de la Misa de los domingos se reúnen en su bar preferido para tomar unas copas.

    Son gente de montaña. Algunos nacen con los esquís puestos… El domingo es día de excursión familiar y con frecuencia, como no, el destino es la montaña o un lago.

    Como a todo el mundo, hay que aceptarlos tal y como son.

  • Donde la técnica vive

    DM_Nahaufnahme.jpgA los 16 años me planteé qué carrera estudiar en Alemania. Aunque mi padre era médico cirujano y la medicina me atraía, decidí no tirar por ahí y cogí una lista en orden alfabético de todas las carreras que se podían estudiar en Alemania en aquella época y con el dedo índice fui bajando hasta quedarme en la “e” de Elektrotechnik, que es lo equivalente a Ingeniería de Telecomunicaciones. Me pareció lo mejor que uno puede estudiar en Alemania, país de la técnica.

    La visita al “Deutsches Museum” (museo alemán) de Múnich es algo obligatorio para cualquier ingeniero. Es el museo más grande del mundo especializado en la técnica y en las ciencias naturales. Cuenta con 94.000 objetos de exposición y con un volumen anual de 1,5 millones de visitantes. El museo se ha propuesto presentar sus salas de exposición de un manera viva y dispone de una biblioteca muy rica con 850.000 volúmenes.

    El museo está situado en el centro de la cuidad sobre una isla del rio Isar. En 1906 se puso la primera piedra y fue fundado por Oskar von Miller, que concibió la distribución y que con su capacidad de gestión consiguió atraer a muchos mecenas. La expresión de Miller “en esta casa puede hacer cada uno lo que yo quiero” se encuentra en la entrada del museo.

    No hay apenas un área de la técnica y de las ciencias naturales que no tenga una sección en el museo. Una zona extensa se ocupa de la generación de energías de todo tipo. Es conocido el gran péndulo de Foucault. Otra sección se ocupa de la historia de la informática. También cuenta con un “reino de los niños” donde los niños pueden entender la técnica de una forma muy didáctica. Otra sección se ocupa de las máquinas de vapor y otra de las ciencias aeronáuticas con todo tipo de aviones y de helicópteros que uno puede ver y tocar. También destacan otras salas que se ocupan de los generadores de electricidad y de equipos de alta tensión y un largo etc.

    El museo es una visita obligatoria para muchos colegios y no digamos para un estudiante de ciencias naturales o de ingeniería. Y lo he querido contar aquí porque para cualquier persona que venga a Munich es una parada digna de planificar

  • Viaje hacia uno mismo

    siliconWahnsinn-630x353.jpgHay personas que necesitan hacer un largo viaje para encontrarse a sí mismas o para empezar a descubrirse. Este es el caso de Katja Kessler, un personaje interesante del mundo de la publicidad en Alemania. Aunque de profesión dentista, es más conocida por ser madre de cuatro hijos y aún más por ser esposa de Kai Diekmann, famoso redactor-jefe del periódico BILD, el de mayor tirada en Alemania y conocido por marcar las pautas del debate público.

    No es el primer libro de Kessler, de hecho ya escribió uno sobre la maternidad Herztöne, Das Mami Buch (sonidos de corazón, el libro de mamá), uno de los más leídos sobre el tema. Ahora nos sorprende con un libro sobre lo que ha supuesto trasladarse durante un año con toda la familia a Silicon Valley en California y así titula a su libro Silicon Wahnsinn (la locura de silicona). El libro está lleno de un sentido común aplastante, escrito con mucho sentido del humor: “un trabajo tan estresante como el de una madre no lo quiere ningún hombre”, “la buena educación es aquella en la que no intentas hacer todo perfectamente” o “encontrar el cable de recarga” son pequeñas muestras del lenguaje que utiliza.

    Mientras que su marido investiga sobre el futuro de los medios de comunicación y se acuesta y se levanta con Twitter y Facebook, ella intenta enseñar el uso moderado del Ipad a sus hijos. Ya que asombrosamente habían optado por tener viviendas separadas  (la madre con los hijos y el padre con los colegas), llega un momento en el que a Katja Kessler se le hace patente lo absurdo de la situación. Todo ello desemboca en una crisis matrimonial durante su estancia en California que consiguen superar con un viaje familiar a Nueva York y a Nicaragua. En una de las escenas retrospectivas que contiene el libro, nos sorprende contándonos su accidente en bicicleta en Mallorca del que ella, embarazada en el octavo mes, y su nacsiturus consiguen salir ilesos.

    Se trata de una de esas mujeres incombustibles, aparentemente “todo terreno”, ahora bien, muy consciente, a su manera, de la complementariedad de la mujer y del marido en la familia y en la educación de los hijos.

    Me atrevería a hacer una apuesta de que la vi un día en un Mini conduciendo por una zona cercana a la sede del Gobierno en Berlín. Hoy es más fácil dar con ella en Facebook o en algunas de las lecturas de la gira con la que promueve su libro por toda Alemania, que ha alcanzado un buen puesto en la lista de Bestsellers del Spiegel.

  • 25 años sin muro

    HAEUSSER_Berliner-Mauer-23.jpgTal día como hoy, un 9 de noviembre de hace 25 años, cayó el muro de Berlín. Un día que no olvidaré porque lo pude vivir in situ.  Todavía recuerdo a uno de mis hermanos que me llamó desde Palma pidiéndome que le consiguiera un trozo del Muro y que ahora lo guarda como un pequeño tesoro. Fueron días intensos porque todos los días las noticias eran historia.

    Mucho ha cambiado Alemania desde entonces por fuera, pero algunas mentalidades siguen muy vigentes. El que se da un paseo por Berlín nota los vestigios de la división. Muchas costumbres en la vida cotidiana no han cambiado.

    En el Este la población es más anciana y lleva los niños con más frecuencia a la guardería. Muchas riquezas durante la reunificación se forjaron en el Oeste, donde permanecieron. La unificación supuso una caída de la fertilidad en el Este debido a la inseguridad que se palpaba en las familias de la antigua Alemania comunista. Incluso en el fútbol se nota la diferencia, donde predomina la participación del Oeste.

    El recorrido del muro, que dividía Berlín y la convertía en una isla, es una franja verde fuera de las ciudades que se puede distinguir muy bien desde el aire.

    El papel que juegan los partidos políticos es también muy distinto en el Este y el Oeste, y sigue siendo materia de debate en las elecciones locales, autonómicas y nacionales.

    Si valoramos el tiempo en décadas o siglos se puede afirmar que todo es aún muy reciente. La ventaja de las dos Alemanias es que económicamente se han podido ayudar mutuamente, como dos hermanos que crecen juntos, situación envidiable si la comparamos a la de otros países del Este. Todavía pagamos en impuesto adicional de solidaridad para ayudar a los Land del Este. Existen pueblos del Este en los que no se ha notado el paso del tiempo, ni en la arquitectura ni en la decoración interior de las casas.

    Es interesante seguir observando el proceso de unificación porque todavía no ha terminado.

  • ¿Aeropuerto made in Germany?

    madeingermany.jpgNo cabe duda que el calificativo “made in Germany” siempre ha sido sinónimo de calidad. Un nuevo fenómeno ha aparecido en Alemania: la construcción de grandes proyectos de obra pública con muchos problemas a la hora de su ejecución. El más emblemático fue la resconstrucción de la estación de ferrocarril de Stuttgart. Hoy es una “estación cabeza”, es decir, los trenes no pueden atravesarla sino que entran y salen en direcciones opuestas. Se planificó hacer un tramo subterráneo que permitiera el paso a trenes de alta velocidad, sin tener que cambiar de dirección y con una nueva traza al aeropuerto de la cuidad. Poco antes de comenzar las obras los ciudadanos empezaron a protestar bloqueando la estación. La policía tuvo que intervenir en varias ocasiones para que las protestas no interrumpieran el tráfico. Incluso fue necesario nombrar un comité que acordó llevar a cabo una encuesta popular que decidiera sobre la oportunidad de esas obras. El resultado fue que continuaran adelante.

     

    Un problema similar se está dando en Berlín. Esta cuidad tiene tres aeropuertos. Se decidió cerrar uno, Tempelhof, a pesar de las protestas de la población que le tenía gran cariño por haber jugado un gran papel durante la Guerra Fría y la separación del Muro. También se decidió cerrar el aeropuerto Tegel una vez esté terminado el nuevo aeropuerto, que era pequeño y práctico. El nuevo aeropuerto tendrá las siglas BER. El problema consiste en que los ejecutores del projecto se mueven en la mentalidad del pasado comunista. Según fuentes bien informadas, al asignar la zona del nuevo aeropuerto algunos hicieron el negocio de su vida comprando el terreno correspondiente con antelación, para venderlo posteriormente muy caro. Más adelante se asignó la planificación a la oficina urbana correspondiente a la zona. Ésta, en vez de convocar un concurso, decidió encargarse de la construcción aumentando la plantilla de la manera correspondiente. El resultado es que a la hora de supervisar la construcción se vió que el edificio no cumplía los requesitos de protección de incendios y que, por lo tanto, había que revisar o rehacer la construcción de nuevo con los retrasos correspondientes que conllevan. En definitiva, Alemania aparece como un país incapaz de hacer proyectos de gran envergadura en su propio territorio, con la correspondiente pérdida de prestigio interior y exterior. Como escuché personalmente decir hace poco al gerente Hartmut Mehdorn: “un jóven ingeniero no puede poner en su currículum que trabaja para nuestro aeropuerto porque corre el riesgo de no encontrar trabajo en el futuro”.

     

    No cabe duda de que Alemania es un país con muchos recursos y con posibilidades de superación, pero la realidad alemana no deja de ser compleja en un mundo en el que el número de factores de éxito va en aumento y son muy variados.

  • Ludwig II de Baviera

    Ludwig II.jpeg¿Cuántos mallorquines habrá que pasen sus vacaciones en la Alta Baviera? Yo lo hago con frecuencia. Es un lugar precioso y por ese motivo se dice que Baviera "God’s own country”.

    Garmisch, Oberammergau o la Wieskirche son lugares emblemáticos de esta zona. Otro personaje con el que nos topamos continuamente es el rey Ludwig II (Luis II) de Baviera. Nació en 1845 y murió de forma misteriosa en 1886. El pueblo le llamaba el Märchenkönig (el rey encantado), conocido por promover los castillos de Neuschwanstein (en el que se basó Walt Disney en Disneylandia), Linderhof y Herrenchiemsee.

    El nombre de Luis le proviene de su admiración por Francia y los reyes Luis el Santo y Luis XIV. Era propio de la época que los príncipes en su infancia tuviesen poco trato con sus padres, los reyes. Desarrolló en su juventud una pasión por el arte de la construcción, la literatura y la música wagneriana. Más adelante apoyó a Wagner económicamente y desde 1872 escuchaba los conciertos que tenían lugar para él sólo.

    Tomó posesión del trono a los 18 años y su altura, poco común para la época, de 1,93 m le hacía destacar de un modo natural. Se vio involucrado en la guerra contra Prusia, pero al tener poco interés militar, la dejó en manos de sus ministros. Prefería afincarse en sus castillos y se dejaba traer las actas de gobierno para firmarlas. Dominaba la ciencia de la economía y del derecho Iglesia-Estado.

    Tuvo un gran interés por la técnica y fundó la Universidad Técnica de Munich. En sus castillos había calefacción central, construcciones de acero, teléfono, ascensores y debido a su impulso se creó por primera vez el color índigo.

    Su salud psíquica no parece haber sido estable, incluso se llegó a decretar su incapacidad. Ludwig II es una figura del todo romántica y que da pie a todo tipo de especulación.

    Sea como sea, es imposible moverse por la Alta Baviera sin toparse con su imagen en las tiendas y en los restaurantes. Doy fe.

  • Angela Merkel y el fútbol

    Merkel fussball.jpgNo hay Jefe de Estado que se le ocurra no asistir a la final del Mundial de fútbol si su nación es candidata al título. Así lo hizo Angela Merkel en la final contra Argentina, acudiendo a Brasil en compañía del Presidente de la República, Joachim Gauck.

    Es más, la Canciller no tuvo ninguna pega en bajar a los vestuarios tras el partido y dejarse fotografiar con los jugadores sudorosos. Siempre me he preguntado de dónde le viene a la Canciller Merkel esa facilidad para acercarse a las personas.

    Y obtuve la respuesta durante una charla de una periodista con estudiantes que organicé hace poco. Le pregunté cuál era el mejor recuerdo que tenía de su profesión. Me dijo que nunca se había hecho esa pregunta, pero sí nos comentó que guardaba un agradable recuerdo de un viaje en helicóptero que hizo con Angela Merkel a una ciudad del Este de Alemania, cuando todavía era Ministra de la Familia y Helmuth Kohl le llamaba "mein Mädchen" (mi chica). La periodista hizo aquel viaje porque le interesaba más que nada el helicóptero, tenía poco interés en la persona de Angela Merkel. Pero todo cambió cuando fue testigo del encuentro de la ministra con jóvenes neonazis en el que pudo contemplar como Merkel fue escuchándoles y aconsejándoles de un modo muy acertado. Lo mismo hizo con un grupo de jóvenes comunistas con los que también supo ser una gran interlocutora. La conclusión que aquel día sacó la periodista sobre Merkel es que estaba dotada de una gran capacidad para el diálogo y que, por lo tanto, para ella fue absolutamente normal dirigirse a los vestuarios de los jugadores después de la final del Mundial y hacerse fotos con ellos.

    Tampoco sorprenden los besos y abrazos con los jugadores en la entrega de medallas, ni que la Canciller alemana hiciera declaraciones públicas con carácter de relevancia nacional sobre la reciente dimisión de Philipp Lahm, capitán de la selección, diciendo: "Ser campeones del mundo es seguro un logro del equipo, pero el capitán también tiene algo que ver con ello. Le transmito mi gran respeto por lo que ha hecho por la selección nacional".

    Alemania ha vuelto a la normalidad después del Mundial, como si no hubiera tenido lugar. Quizá todo lo contrario de lo sucedido en algunos países donde la identificación del fútbol con el destino nacional es extrema, o una derrota puede llegar incluso a la tragedia de tener que sufrir algaradas callejeras con víctimas mortales. En este sentido, conviene seguir actuando con prudencia. Sólo es fútbol.