La llegada de cientos de miles de refugiados a Alemania ha permitido al país tocar fondo. La gran mayoría se ha volcado con los que han llegado después de pasar grandes peripecias, acompañadas no pocas veces de grandes dramas. No faltan las voces que temen por la capacidad de Alemania de asimilar culturas distintas, sobre todo si los refugiados apelan a su religión (por ejemplo, imponer la pareja en el matrimonio) como excusa para violar la ley civil del país que les acoge. Sabatina James escribe sobre esto en su último libro sobre la “Scharia” en Alemania. Muchos hablan sobre los refugiados como mano de obra que vendría muy bien para resolver los problemas demográficos del país. El contraste no puede ser mayor en Munich a los pocos días de comenzar la fiesta de la cerveza. Unos se emborrachan y otros luchan por la supervivencia.
Pocas semanas antes de que llegara la triste avalancha algunos medios informaban sobre lo ocurrido en el debate “Hart aber Fair” de Frank Plasberg. Tuvo lugar una emisión sobre la teoría del género (es decir, para el que no lo sabe: no nacemos como hombre o mujer sino que elegimos ser hombre o mujer con el porcentaje que nos parece adecuado). En ese programa se hablaba con mucho sentido común. Con tanto sentido común que se decidió que la emisión debía ser borrada de la biblioteca on line y así se hizo. Esto saltó a la luz pública y se acusó a la emisora de aplicar la censura en un país con libertad de expresión. Ante tal acusación, se intentó una salida salomónica y se decidió repetir la emisión con los mismos participantes. Eso pareció también ridículo pero se hizo y ahí están las dos emisiones con el mismo panel sobre el mismo tema, pero con fechas diferentes.
Por poner otro ejemplo: no tardarán en llegar los semáforos unisex a España. No pocas ciudades en Alemania están pensando que puede ser pedagógico que en los semáforos aparezca un niño de la mano de dos mujeres o de dos hombres. Claro, ¿cómo no?. Lo que me faltaba.
Ante el drama humano solo cabe pensar sobre el sentido de nuestra vida. Nuestra vida cobra sentido cuando somos necesitados y podemos entregarnos, por ejemplo, recogiendo alimentos para los que lo necesitan o dedicando tiempo para consolar y escuchar. Esto nos libera de pensar que somos el centro del mundo y de que todo gira a nuestro alrededor.
Un fallo judicial formal ha bastado para cargarse el subsidio mensual de 150€ que se introdujo el pasado 15 de febrero de 2013 asignado para apoyar a aquellas familias que desean ocuparse de sus hijos pequeños en casa y no dejarlos en la custodia de un Kindergarten entre los meses 15 y 36 de su vida.
Algo serio ocurre cuando se anuncia en Munich que el entrenador del FC Bayern recitará en la Casa de la Literatura de esta cuidad unos poemas en catalán de Miquel Martí i Pol, que le han dedicado a él y a su mujer, Cristina. A Guardiola le unía una amistad trazada de muchas conversaciones sobre los asuntos de la vida y de la muerte con el autor, hasta que falleció en 2003.
Son cada vez más numerosos los artículos que se ocupan con la situación demográfica de Alemania. Este es la caso del artículo aparecido el pasado 29.5 en el Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre la pérdida competitiva que supone que Alemania sea el país del mundo con la menor tasa de natalidad.
Ha comenzado el buen tiempo y en Alemania la vida en la calle va en aumento. En Munich se nota especialmente el tirón de las temperaturas cálidas. Nada más salir el sol la gente se sienta en las terrazas de los bares, aunque sea con una manta y debajo de una estufa. Ahora, en primavera y verano, ya no hace falta tanta indumentaria para abrigarse.
Desde octubre vivo en Baviera después de haber residido 30 años en Renania Westfalia (Colonia y Aquisgrán). Algunos me avisaron: “cuidado con los bávaros”. En efecto, los caracteres de las personas son distintos en Alemania, como en todos los países de grandes extensiones.
A los 16 años me planteé qué carrera estudiar en Alemania. Aunque mi padre era médico cirujano y la medicina me atraía, decidí no tirar por ahí y cogí una lista en orden alfabético de todas las carreras que se podían estudiar en Alemania en aquella época y con el dedo índice fui bajando hasta quedarme en la “e” de Elektrotechnik, que es lo equivalente a Ingeniería de Telecomunicaciones. Me pareció lo mejor que uno puede estudiar en Alemania, país de la técnica.
Tal día como hoy, un 9 de noviembre de hace 25
No cabe duda que el calificativo “made in Germany” siempre ha sido sinónimo de calidad. Un nuevo fenómeno ha aparecido en Alemania: la construcción de grandes proyectos de obra pública con muchos problemas a la hora de su ejecución. El más emblemático fue la resconstrucción de la estación de ferrocarril de Stuttgart. Hoy es una “estación cabeza”, es decir, los trenes no pueden atravesarla sino que entran y salen en direcciones opuestas. Se planificó hacer un tramo subterráneo que permitiera el paso a trenes de alta velocidad, sin tener que cambiar de dirección y con una nueva traza al aeropuerto de la cuidad. Poco antes de comenzar las obras los ciudadanos empezaron a protestar bloqueando la estación. La policía tuvo que intervenir en varias ocasiones para que las protestas no interrumpieran el tráfico. Incluso fue necesario nombrar un comité que acordó llevar a cabo una encuesta popular que decidiera sobre la oportunidad de esas obras. El resultado fue que continuaran adelante.