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Divagaciones de un mallorquín - Page 14

  • Sayn, todo un encanto

    medium_filippavittorio.jpegSi no hubiera sido por la publicación de los apuntes íntimos de la princesa Filippa zu Sayn-Wittgenstein (“El Angel de Filippa”, Ediciones Palabra), probablemente nunca hubiera acudido al mundo encantado de Sayn (www.sayn.de) ni conocido a la familia de Filippa, perteneciente a la nobleza europea de más ancestral tradición. Filippa falleció en e de tráfico a los 21 años, apenas tres meses después de su boda. Es la cuarta de los siete hijos de los príncipes Alexander y Gabriela, que residen hoy en Sayn, en el estado alemán de Renania-Palatinado. Su familia decidió publicar los diarios que escribió desde la infancia y en los que delibera profundumente sobre la familia, Dios y el amor. Para perpetuar el recuerdo de Filippa, sus padres y su esposo crearon la fundación “El ángel de Filippa”, que con los ingresos de este libro, ha premiado, ya por tercera vez consecutiva, a jóvenes europeos que destacan por sus proyectos sociales, culturales o medioambientales.

    El castillo neogótico de Sayn tiene sus comienzos en el siglo X. Después de varias fases de ampliación tuvo que ser reconstruido por última vez entre 1995 y 2000, tras los severos daños sufridos en la segunda guerra mundial. La historia de Sayn está íntimamente ligada a Santa Isabel de Hungría (1207-1231), hija de los reyes de Hungría y emparentada con los entonces condes de Sayn. Se cumplen por tanto 800 años desde su nacimiento, lo cual es motivo de múltiples eventos en Sayn y en muchos puntos de la geografía alemana, ya que se puede decir que es la santa más popular del país.

    La vida de Santa Isabel es muy peculiar. A los ¡cuatro! años se trasladó a Turingia para ser comprometida con el conde Ludwig IV con el que se educó y a los ¡catorce! años contrajeron matrimonio, lo cual no era inusual en la nobleza. Amó con locura a su esposo con el que tuvo tres hijos. Transcurridos seis años después de la boda, falleció su esposo en la guerra e Isabel se dedicó intensamente a ejercer la caridad con los hambrientos, enfermos y moribundos. En 1228 fundó un hospital y, por todo ello, le podríamos llamar la “madre Teresa de la edad media”. Falleció jóven, el 17 de noviembre de 1231, y cuatro años más tarde el Papa la declaró santa de la Iglesia. Ya que nací en la fecha de su muerte y por llamarse así mi abuela y madrina, Isabel me ha permitido encontrarme con mis propias raíces.

    Y dada esta relación de parentesco entre Sayn y Santa Isabel, en 1860-61 se construyó una capilla adjunta al castillo de Sayn en la que se venera una reliquia de la santa, contenida en un relicario que su misma hija, la abadesa Gertrud von Altenberg, mandó construir.

    En el parque encantado de Sayn se encuentra el “jardín de las mariposas” con ejemplares de Suramérica, África y Asia. En un clima tropical se ve el desarrollo del capullo, del gusano y de la mariposa y su volar alegre en busca del nectar entre palmeras y cascadas de agua. También se pueden apreciar otros insectos tropicales como lo son las arañas y también tortugas. En Sayn, a unos cien kilómetros de Colonia, todo es un encanto y más en este año 2007, que invita a visitarlo de nuevo.

  • Héroe del año

    medium_jklinsmann.jpegEl pasado 6 de diciembre, el ministro del interior alemán Wolfgang Schäuble declaró en una rueda de prensa que el resultado más positivo, a parte de las increibles ganáncias económicas en el campeonato mundial de Fútbol en Alemania ha sido el contrubuir enormemente a cambiar la imagen que se tiene de este país en el extranjero. En efecto, los alemanes son menos cuadriculados y parcos en expresividad de lo que comunmente se entiende.

    A los pocos meses de terminar el mundial se lanzó la película “Deutschland - ein Sommermärchen“ (Alemania - un cuento de verano) que recoge imágenes documentales inéditas del mundial “puertas a dentro“. Se trata de grabaciones de entrenamientos, de partidos, de reuniones del entrenador Jürgen Klinsmann con su equipo, tomas en los vestuarios (por ejemplo la visita del Presidente de la República Horst Köhler y de la Canciller Angela Merkel tras la derrota que impidió que Alemania pasase a la final y la consiguiente incapacidad de los jugadores de decir ni una palabra en el vestuario), reacciones del pueblo alemán con su jugadores, etc. Todo desde la perspectiva de otra cámara que no enviaba sus imágenes a la televisión. La conclusión del autor del largometraje, Sönke Wortmann ha sido que lo mejor que le podía haber pasado a Alemania fue quedarse con el tercer puesto, sabiendo perder. Para mí ha sido también un verano inolvidable y muy emocionante: un redescubrimiento de Alemania y de la necesidad que tiene el país y su población de sentirse pertenecientes a algo que les es común a todos.

    El que más sorprende al país es quizás el entrenador Jürgen Klinsmann que después de rechazar seguir siendo entrenador nacional, también ha rechazado recientemente ser entrenador nacional de los Estado Unidos alegando el mismo motivo: quiere conciliar su profesión con su familia y ahora se dedica a la empresa  “Soccer Solutions“ de la que es copropietario. Su esposa tiene que estar feliz con este marido.

    No deja de ser curioso y causa perplejidad en el país, el hecho de que Klinsmann diga que sus hijos de 5 y de 7 años están ahora mejor en los Estados Unidos. Los más despiertos se preguntan si se trata de una crítica solapada al sistema educativo alemán. Jürgen Klismann es una entusiasta de la independencia y no se deja acaparar por nadie y precisamente por eso es muy respetado. Del mundial ha aprendido que “las relaciones con las personas cambian con aquellos que uno no se espera“. Klinsmann tuvo que tragarse mucha crítica de la opinión pública antes de empezar en mundial, pues el alemán medio ante un evento como el Mundial es un campeón de la autocrítica, rozando a la autodestrucción. A algunos les encanta criticar a muerte a su mismo país, precisamente en aquello de lo que quizás deberían estar más orgullosos y eso es una pena. Sería interesante saber la razón social e histórica de este comportamiento. Klinsman grita a voces callando, lo cual es un arte del que todos podemos aprender.

  • España, ¿irreconocible?

    medium_todos.jpgUn mallorquín que despega en Colonia se siente un poco raro. Un avión lleno de alemanes y eres quizá el único que va a la tierra que le vió nacer. Esta vez he estado en Palma cuatro días, de jueves a domingo. A algunos pasajeros les he visto en el viaje de ida y de vuelta.

    He podido ver parientes, amigos de la infancia y del colegio e incluso a profesores de Montesión, del que me honro haber sido alumno. También he asistido por primera vez a unas matanzas cerca de Artá. Mallorca es una tierra bella y rica en cultura. Oigo la primera palabra en mallorquín y mi corazón da un salto.

    Ya en el vuelo de vuelta iba muy pensativo. Me fui de Mallorca hace 23 años. Recuerdo de Alfonso Guerra aquella frase “a España no la va a reconocer ni la madre que la parió. No sé si este hombre es profeta pero desde luego, visto desde fuera, algunos acontecimientos dan pena. Es como si España estuviese en el punto álgido de su infantilidad. Muchos de los logros que se presentan como avances, son asuntos de los que otros países ya están de vuelta. Mientras que en España se promueve la asignatura de la “educación para la ciudadanía, en Alemania, el Presidente de la República en su discurso a la nación del 21 de septiembre de  2006, resalta la importancia de la educación religiosa de los niños como base de un comportamiento ciudadano. España pretende “integrar a los emigrantes provenientes de países musulmanes sin saber cuál es su propia identidad. No se puede integrar nada en algo que no sea preexistente. España está recapacitando su indentidad en razón de la sorpresa ante lo que le es ajeno. Entre las nuevas tendencias que dan pena se encuentran, por ejemplo, la modificación del código civil para aceptar el  “matrimonio de homosexuales y darles derecho de adopción. Con eso de que “todo vale las palabras están perdiendo su sentido y ya empezamos a no saber de qué hablamos pues no sabemos lo que las palabras significan.  ¿Por qué no vuelan las vacas?: Llamémoslo otra cosa, pero no matrimonio.

     

    Así se entiende la crispación que he visto en algún que otro encuentro. Ahora bien, hay que saber que la realidad no coincide siempre con la que transmiten algunos medios que tachan de reaccionarios y de retrógrados a aquellos que no son más que la vanguardia del futuro: los padres de familia que saben que los hijos, en su mayoría, provienen de familias sanas y que, por lo tanto, el futuro natural de España está en las familias, que son el nicho de la vida, del amor desinteresado y bien entendido, y de la solidaridad. Así se vió, menos mal, en la manifestación masiva del 18-J de 2005: La familia sí importa.

     

    Salgo del avión en Colonia, el domingo 26 de noviembre, a las diez y media de la noche. En la pasarela del avión me encuentro con los titulares del Diario de Mallorca: “La prostitución callejera (también la alemana) en aumento. Menuda imagen da Mallorca, nuestra isla, si un cierto turismo poco deseable se asocia al de Tailandia o al de Indonesia. Confio en que los mallorquines y las autoridades contribuyan a eliminar este negocio tan humillante tanto para los isleños como para los turistas. No todo “vale.

  • Frohe Weihnachten!

    medium_Weihnachtsmarkt.jpegEl tiempo de adviento y de navidad (Weihnachten) pertenece a las estaciones del año más entrañables de la vida en Alemania. El frío y la nieve invitan a estar más en casa o a salir muy abrigados para embullirse brevemente en las bajas temperaturas.

    El elemento más emblemático de la decoración casera en el tiempo de adviento es el Adventskranz (la corona de adviento). En muchas familias la confección es casera. Las cuatro velas representan los cuatro domingos de adviento. Una manifestación de lo que podríamos llamar “criminalidad navideña es encender las cuatro velas a la vez, el primer domingo de adviento o a destiempo. Cada domingo, cuando se reune la familia en amable tertulia después de la comida o en el sábado de la víspera, se enciende una vela.

    Lo más propio del tiempo de adviento es visitar el mercado navideño. Los más conocidos son el de Aquisgrán (Aachen) y sobre todo el de Nürnberg, el Christkindlemarkt (www.christkindlesmarkt.de). La primera noción documentada que se tiene de este mercado es del año 1628. Cada año lo visitan unos dos millones de personas. Está lleno de tenderetes (unos 150), donde se venden elementos decorativos, especialmente de barro, de cera o de madera y donde también se puede tener una degustación culinaria entre la que destaca el Glühwein, un vino caliente con ron, muy apetecible cuando aprieta el frío. Los visitantes avanzan lentamente de caseta en caseta con sus mofletes rojos y con las orejas y la cabeza cubiertas. Se ven muchos carruseles y tiovivos llenos de niños. Se oyen muchos villancicos más bien de carácter melancólico, cantados por coros infantiles, que poco tienen que ver con el “pero mira como beben los peces en el rio . Las campanas del ayuntamiento también emiten melodías navideñas.

    A partir de 1545, Lutero promovió que los regalos los repartiera el “Niño Jesús (Christkind), en lugar de San Nicolás (el 6 de diciembre) como era tradición antes y como sigue siéndolo, por lo menos en Holanda. En Alemania se ven pocos Reyes Magos y no van en procesión por la ciudad. Los regalos aparecen debajo del árbol de Navidad, cerca del Belén, el día de Nochebuena. Ese día se cantan villancicos en las familias y antes de abrir los regalos, el más joven lee el relato del nacimiento de Jesús según San Lucas.

    Una de las experiencias más bonitas que he tenido en Colonia, es asistir a la Misa de Navidad el 25 de diciembre a las 8 de la mañana junto a la Urna de las reliquias de los Reyes Magos, que según una tradición centenaria allí se veneran. La gran Urna, localizada en el coro alto, en el ábside de la catedral, dorada y decorada con piedras preciosas y esmaltes, está flanqueada por dos abetos gigantes. Antes de empezar la Misa es aún de noche y sólo se ven las luces colocadas en los abetos y la iluminación templada de la iglesia. A medida que avanza el tiempo, aparecen los primeros rayos de sol en las cristaleras de la catedral y la luz natural va en aumento, hasta que se hace totalmente de día. Uno se siente transportado a Belén.

  • Los cementerios, parques de solidaridad

    medium_Melate.jpegHa llegado el otoño, las hojas se vuelven amarillas, el crepúsculo es rosáceo. Todo cambia en otoño y se convierte en una de las estaciones más señaladas del año. Cuando veo las hojas caer, me acuerdo de aquel aforismo de San Josemaría que dice: “¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día, la hoja caída serás tú” (Camino, 736). Es una observación aparentemente cruel y que uno quizá prefiere ignorar, pero cuando pasas el ecuador de tu vida, ya te vas haciendo a la idea y además ya sabes que no te vas solo, sino que ya hay algunas personas muy queridas que te esperan.

    Las culturas y los pueblos se conocen también por sus tradiciones funerarias. Lo común en Alemania es asistir a un funeral y luego, todos los asistentes o la gran mayoría, acude también al cementerio. En la capilla se vuelven a rezar oraciones por el difunto y se acompaña a la familia en procesión, a veces rezando un rosario, hasta la tumba, donde se vuelve a rezar un responso y es muy común que se rece también por el “próximo entre nosostros que se va a morir”. Los familiares más allegados se acercan a despedirse, rezan, echan una flor y un poco de tierra. Y lo mismo hacen todos los familiares y amigos, que luego se dirigen a dar el pésame a los parientes que les esperan a ese efecto, hasta que el último haya podido rezar y despedirse vis a vis delante del féretro. Por lo general, los más allegados reciben una invitación por carta para el funeral y el entierro, y acto seguido son invitados a un local cercano para tomar un café y unos bocadillos y así animar la conversación y aliviar las penas de todos.

    Los cementerios de Alemania son verdaderos parques, casi con su flora y su fauna propias. Uno de los cementerios más antiguos es el de Melaten (www.melatenfriedhof.de) en Colonia. El nombre proviene del francés “malade”, pues ahí se encontraba una residencia de leprosos. Tiene una supercicie de 435.000 m². El pórtico de entrada tiene la inscripción Funeribus Agrippinensium Sacer Locus (lugar santo para los cadáveres de Colonia). Durante el mes de noviembre, el cementerio es uno de los lugares más concurridos de la ciudad. Muchas personas célebres de la ciudad están enterrados ahí, y cuanto más célebres, más filigranas tienen sus tumbas. Incluso existe la posiblidad de hacer un visita guiada para ver las tumbas de los fallecidos en la I y en la II Guerra Mundial. Algunas muy conocidas son la de los banqueros Oppenheim, las de los alcaldes, la del inventor del motor Otto (Nikolaus August Otto), la del actor Willy Millowitsch, etc. El cementerio es un verdadero libro de historia y un vergel de plantas, flores y árboles.

    Como en todos los pueblos cristianos, enterrar a los muertos es un acto de misericordia. No son pocos los que se mueren y son enterrados solos hoy en día, lo cual irá en aumento debido al decrecimiento de la natalidad. Es muy consolador ver la solidaridad en la participación en un funeral, que sin duda es mucho más que un acto social al que uno no puede faltar. En definitiva, es una estupenda oportunidad para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro.

  • Grüss Gott

    medium_neuschwanstein_01_771.jpegCuando llamas por teléfono, cuando te cruzas con algún conocido en la calle o con algún desconocido en la montaña, la forma de saludarse en Baviera es decir “Grüss Gott”, que quiere decir “Dios te saluda” o “Saluda a Dios”, según se interprete. El que responde con “Guten Tag”, el saludo típico en Alemania, se autocalifica como persona poco identificada con Baviera.

    He pasado mis vacaciones, como en muchos otros años, durante el mes de septiembre en Baviera. Cuando me preguntan a dónde voy de vacaciones respondo, en broma, que soy uno de esos mallorquines que se quedan en Alemania y así caben más alemanes en Mallorca.

    Durante la estancia del Papa Benedicto XVI en su patria hemos sido testigos de una gran manifestación cultural de la zona, empezando por los trajes tiroleses, por las iglesias en las que ha estado y por los coros que han cantado durante las celebraciones litúrgicas, así como por las canciones corales que en algunas ocasiones cantaban grupos de niños para saludar al Papa.

    Munich celebra durante estos días la “Oktoberfest”. Es la fiesta de la cerveza, por la que pasan miles de personas diariamente. Pedir una cerveza equivale a que te traigan un litro que cuesta 5 euros. Si quieres beber menos, tienes que pedir un “Weizenbier” y entonces te traen medio litro de cerveza espesa. Menos de medio litro imposible. La cerveza, una buena salchica y el “Brezel”, el pan típico de Baviera, es todo un acontecimiento culinario. En su conjunto la fiesta bávara es espectacular. Muchas empresas tienen su caseta bajo una gigante carpa en la que invitan a sus clientes. Esa es la manera más fina de participar. El que vaya, que se prepare a salir con los oídos hinchados de música.

    Munich tiene mucho que ofrecer en turismo artístico y cultural, destaca su pinacoteca moderna y la antigua. Para los amigos de la técnica, como yo, que soy ingeniero, no hay nada mejor que el “Deutsches Museum” (http://www.deutsches-museum.de) en el que uno se puede pasar varios días viendo exposiciones sobre la historia de la aviación, de los trenes, de los instrumentos de música, de los puentes, de los coches, de las bicicletas, etc. En Munich destaca también la célula de resistencia alemana al nacionalsocialismo en torno al grupo de estudiantes llamados “La Rosa Blanca”, que actuaban desde la Universidad de Munich, en cuyo patio hay un museo que vale la pena visitar (www.weisse-rose-stiftung.de).

    Cerca de Munich están los Alpes y multitud de ciudades y pueblos con iglesias barrocas que vale la pena ver como Ettal, Ottobeuren o Wiesskirche. También merecen la pena castillos como los de Linderhof y Neuschwanstein (www.neuschwanstein.com). Éste último es el que ha inspirado a multitud de castillos en películas de Walt Disney. ¡Baviera vale la pena!

  • Alemanes ¿sin vacaciones?

    medium_Peer_Steinbruck.jpeg En la vida cotidiana de un alemán las vacaciones son sagradas, las planean con mucho adelanto (medio año) y más si se trata de unas vacaciones para toda la famila. Los trabajadores de cualquier empresa tienen que presentar las fechas de sus vacaciones a lo más tardar en marzo del año en curso. Si un alemán está de vacaciones es como si estuviera en la luna. Se supone que está ausente, aunque según el derecho laboral es posible requerir su regreso al trabajo si existe un motivo urgente y justificable. En definitiva, la preparación y la planificación de las vacaciones son, por lo tanto, todo un rito.

     

    A mitad de agosto, con motivo de los elevados costes del estado para la sanidad y para las ayudas durante el envejecimiento, el ministro federal de Hacienda, Peer Steinbrück, hizo unas declaraciones atrevidas (quizá en un momento de delirio y desesperación) en la revista “Hörzu” pidiendo a sus compatriotas que ahorren en sus gastos para el tiempo libre: “Para ahorrar para el futuro, podría ser necesario prescindir de un viaje de vacaciones”. ¡Casi se lo comen vivo! Al ministro le han acusado de cínico y también le han recordado que unas vacaciones contrubuyen a la salud y al crecimiento de la industria turística. La canciller Merkel ha tenido incluso que disculparse y ha calificado esas declaraciones como “poco acertadas”. El ministro se ha corregido declarando que la palabra “vacaciones” ha sido “errónea desde un punto de vista comunicativo”. Quizá sería conveniente que el Gobierno de las Islas Baleares también pida aclaraciones a Steinbrück, no vaya a ser que nos quedemos sin alemanes en las islas.

     

    La mayoría de los alemanes tienen 30 días de vacaciones al año, de los cuales 12 se dedican a un viaje. El alemán medio gasta un promedio de 833 euros por persona y por viaje. El 55,3 % de los alemanes mayores de 14 años hacen un viaje de vacaciones al año. Los que más viajan son las personas de la tercera edad, lo cual es consecuencia del desfase demográfico del país. Aunque prefieren viajar en el interior, el atractivo de un viaje al extranjero va en aumento. España es el destino número uno de los viajeros alemanes, seguida de Italia y Austria. El 37% de los turistas alemanes viajan en avión. Según la Federación Alemana de Agencias de Viajes, la industria del turismo alemán mueve 19.400 millones de euros al año y 73.600 personas trabajan para esta industria.

     

    El problema más grave del país es la baja tasa de natalidad y, por consiguiente, el bajo consumo y la baja producción interna. A la potencia europea le salva la exportación, pero Alemania sabe que está viviendo por encima de sus posibilidades. De momento, los políticos están poco decididos a tomar medidas drásticas como sería, por ejemplo, la reducción de impuestos por el nacimiento de cada niño y el voto familiar, es decir, que el voto de una familia valiera más que el voto de un individuo.

  • El prestigio del Premio Carlomagno

    medium_dom_ac.jpegUna de las instituciones civiles más nobles que tiene la antigua e histórica ciudad de Aquisgrán es el Premio Carlomagno (www.karlspreis.de). Aquisgrán no era más que ruinas cuando fue tomada como primera ciudad alemana por los aliados.

    Un comerciante, el Dr. Kurt Pfeiffer fundó un círculo cultural llamado “Corona Legentium Aquensis”, con el deseo de fomentar el diálogo entre políticos, científicos y personajes de la cultura de toda Europa. De ahí salió la idea de presentar a los ciudadanos de Aquisgrán, el 19 de diciembre de 1949, la idea del Premio Carlomagno cuyo fin fue definido del siguente modo: “El premio Carlomagno actúa hacia el futuro y conlleva consigo un deber de contenido sumamente ético. Se dirige, regenerado por una nueva fuerza, a la unificación de los pueblos europeos para defender los más altos valores humanos: la libertad, la humanidad y la paz, para ayudar a los pueblos oprimidos y marginados, y para asegurar el futuro de los hijos y de los nietos”. Carlomagno sería el nombre del premio. Fue aquel emperador que escogió Aquisgrán en el siglo VIII como su residencia palatina y así se construyó un puente entre el pasado y el futuro.

     El jurado que decide sobre el premiado lo forma el alcalde, el gerente del Ayuntamiento -que son dos tareas y dos personas distintas en Alemania-, el obispo de Aquisgrán y el rector de la Escuela Técnica Superior de Renania Westfalia de esta misma ciudad. El premio, que es en realidad de los ciudadanos, ­consiste en 5.000 euros, una medalla y un certificado. El galardón ya ha sido otrogado en 41 ocasiones. Entre los galardonados figuran: Alcide de Gasperi (1952), Konrad Adenauer (1954), Sir Wiston Churchil (1955), Robert Schuman (1958), Don Salvador de Madariaga (1973), El Rey Juan Carlos I (1982), Henry Kissinger (1987), François Mitterrand y Helmut Kohl (1988), Václav Havel (1991), Felipe González Máquez (1993), Tony Blair (1999), Bill Clinton (2000) y un premio extraordinario para Su Santidad Juan Pablo II (2004), que se otorgó excepcionalmente fuera de Aqusgrán: en el Vaticano.

    En las fechas en las que se entrega el premio la cuidad está galardonada. El día anterior la cuidad ofrece una cena a los invitados en el museo donde “nació” el premio. Los premiados asisten una misa solemne que se celebra en la ancestral catedral de Aquisgrán (del siglo VIII). A continuación se hace entrega del premio en la Sala de la Coronación del ayuntamiento. Se hacen tres discursos: uno del alcalde, otro (de alabanza: Laudatio) por parte de un invitado especial y el tercero, de agradecimiento, por el galardonado. Acuden antiguos premiados y si se le entrega a un Jefe de Estado, suelen acudir también varios Jefes de Estado de Europa. Recuerdo que con este motivo pude conversar brevemente con S.M. el Rey en 1991 en el hotel donde se alojaba y también pude felicitar a Felipe González en la recepción que tiene lugar después de la entrega del premio. Fueron días que no olvidaré.

  • Carta a José Orlandis Morell *

    Colonia, 1.8.2006

     

     

    Queridísimo Pepe:

    Me corresponde hoy escribirte la última carta. No he llegado a tiempo. Hoy quería llamarte y recomendarte un libro. ¡Qué ingénuo pensar que serías capaz de leer algo!.

    No se me va de la cabeza lo que me dijiste, ya con una voz bastante apagada, el día de tu cuarenta cumpleaños, el pasado 11 de julio: ¡Reza!. La verdad es que rezar por alguien gravemente enfermo es un verdadero desafío a la fe. Un día me dijiste: “lo ofrezco todo a Dios. Esto tiene que tener algún sentido. Realmente el favor me lo has hecho tú a mí, poniéndome a rezar. Me animó el que me dijeras “no sabes cuanto ayuda el que te digan que rezan por ti. Pues bien, Pepe, has ayudado a mucha gente que no conoces, que también ha rezado por ti. Lo que tú has sufrido durante un año me paracería inaguantable sin la fe en un Dios salvador. Tú, con tu carácter fuerte, has tenido una lucha con la vida y la muerte hasta aceptar este designio. No habrá sido fácil, todos lo comprendemos. Menos mal que Isabel ha sido el bálsamo y la ternura que ha hecho más leve el dolor.

    Son tantos los recuerdos: el mismo pupitre en el colegio de Montesión, ¡Qué bien nos lo pasábamos en clase!, ¡cuántas risas!, la misma carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones (tú en Madrid, yo en Aquisgrán), los reencuentros con nuestros amigos en los veranos de Mallorca y nuestras coincidencias en Barcelona y Madrid.

    Pepe, te felicito, has alcanzado la meta. Ya nos esperas en el cielo, especialmente a tu querida mujer Isabel y a tus queridos padres Noreta y Fausto. Has dejado el listón muy alto. Échanos una mano para que sepamos distiguir lo importante de lo trivial.

    Tu amigo que no te olvida,

    Josechu.

    * Ingeniero mallorquín fallecido a los 40 años en Madrid

  • Ser emigrante

    medium_2_Generationen.jpegCuando leí con catorce años “Diario de un emigrante”, de Miguel Delibes, nunca pensé que llegaría a serlo. Tuve por primera vez conciencia de serlo cuando cumplí lo que está prescrito en mi pasaporte: “Los españoles que se hallan en el extranjero, para recibir la protección de los Representantes dimplomáticos y de los Cónsules de España y ejercer los derechos que les confieren los Tratados Internacionales y la legislación española, deberán inscribirse en el Registro de Matrícula de la Oficina consular o Misión diplomática correspondiente, ya sea en concepto de transeúntes o como residente. A tal efecto, deberán solicitar la inscripción dentro de los treinta días siguientes a su llegada a la circunscripción donde se encuentren”.

    Y la verdad es que pasan los años y vas cambiando de forma de pensar y de ser y te sientes cada vez más extraño cuando pasas una temporada en España, aunque en mi caso, cuando voy a Mallorca, según donde esté, se me cruzan los cables. No sé si estoy en Mallorca o en Alemania.

    He leido últimamente un libro breve, ameno y denso al mismo tiempo: “Breve teoría de la España moderna” del profesor Fernando Iniciarte, al que tuve el gusto de llegar a conocer personalmente. Vivió en Alemania desde 1954, donde fue profesor de Filosofía en las Universidades de Colonia y Friburgo de Brisgovia. Desde 1975 fue catedrático de Filosofía en la Universidad de Münster. Falleció en el año 2000. La lectura de este libro me ha ayudado a comprender algunas cosas sobre mí mismo. Cito: “Un amigo y perspicaz amigo peruano me dijo una vez en Alemania: tú te pasas la vida intentando ser cada vez más alemán y el resultado es que cada vez eres más español. Cuando se lo conté en alguna ocasión a un colega de mi universidad, me dijo: no es verdad; usted es uno de nosotros. A la vista de tales discrepancias se comprenderá mi tranquilidad y a la vez mi preocupación cuando otro viejo y penetrante amigo (esta vez un irlandés) me comentó, no sé yo ahora a propósito de qué, (desde luego no de esos otros comentarios), que no hay personas más aburridas en el mundo que las que viven como queriendo hacer olvidar su propio origen”. Esta observación es muy acertada y no puedo más que confirmarla.

    Hace poco tuve una conversación telefónica con un señor de Marid que no me conocía. Me dijo: “¡Qué bien hablas el castellano!“. No es la primera vez que me ocurre. Este suele ser uno de mis momentos de crisis. ¿Cómo reaccionar?. Normalmente me troncho de la risa. Con los casi 23 años que tengo de residente inscrito en el Consulado de Düsseldorf es casi inevitable que ocurra esto. Yo opto por escoger lo mejor de mi patria y de Alemania y me quedo con ambas cosas sin partirme el cráneo excesivamente. Naturalmente, y afortunadamente, hay caracteres distintos que van más allá de los típicos prejucios de que si los alemanes son cuadriculados y poco expresivos y los españoles son perezosos y fiesteros. Ni un extremo ni el otro. Hay de todo.