Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

Alemanes ¿sin vacaciones?

medium_Peer_Steinbruck.jpeg En la vida cotidiana de un alemán las vacaciones son sagradas, las planean con mucho adelanto (medio año) y más si se trata de unas vacaciones para toda la famila. Los trabajadores de cualquier empresa tienen que presentar las fechas de sus vacaciones a lo más tardar en marzo del año en curso. Si un alemán está de vacaciones es como si estuviera en la luna. Se supone que está ausente, aunque según el derecho laboral es posible requerir su regreso al trabajo si existe un motivo urgente y justificable. En definitiva, la preparación y la planificación de las vacaciones son, por lo tanto, todo un rito.

 

A mitad de agosto, con motivo de los elevados costes del estado para la sanidad y para las ayudas durante el envejecimiento, el ministro federal de Hacienda, Peer Steinbrück, hizo unas declaraciones atrevidas (quizá en un momento de delirio y desesperación) en la revista “Hörzu” pidiendo a sus compatriotas que ahorren en sus gastos para el tiempo libre: “Para ahorrar para el futuro, podría ser necesario prescindir de un viaje de vacaciones”. ¡Casi se lo comen vivo! Al ministro le han acusado de cínico y también le han recordado que unas vacaciones contrubuyen a la salud y al crecimiento de la industria turística. La canciller Merkel ha tenido incluso que disculparse y ha calificado esas declaraciones como “poco acertadas”. El ministro se ha corregido declarando que la palabra “vacaciones” ha sido “errónea desde un punto de vista comunicativo”. Quizá sería conveniente que el Gobierno de las Islas Baleares también pida aclaraciones a Steinbrück, no vaya a ser que nos quedemos sin alemanes en las islas.

 

La mayoría de los alemanes tienen 30 días de vacaciones al año, de los cuales 12 se dedican a un viaje. El alemán medio gasta un promedio de 833 euros por persona y por viaje. El 55,3 % de los alemanes mayores de 14 años hacen un viaje de vacaciones al año. Los que más viajan son las personas de la tercera edad, lo cual es consecuencia del desfase demográfico del país. Aunque prefieren viajar en el interior, el atractivo de un viaje al extranjero va en aumento. España es el destino número uno de los viajeros alemanes, seguida de Italia y Austria. El 37% de los turistas alemanes viajan en avión. Según la Federación Alemana de Agencias de Viajes, la industria del turismo alemán mueve 19.400 millones de euros al año y 73.600 personas trabajan para esta industria.

 

El problema más grave del país es la baja tasa de natalidad y, por consiguiente, el bajo consumo y la baja producción interna. A la potencia europea le salva la exportación, pero Alemania sabe que está viviendo por encima de sus posibilidades. De momento, los políticos están poco decididos a tomar medidas drásticas como sería, por ejemplo, la reducción de impuestos por el nacimiento de cada niño y el voto familiar, es decir, que el voto de una familia valiera más que el voto de un individuo.

Los comentarios son cerrados