Si la cuidad está desierta, si muchas aceras están desalojadas, si hay zonas céntricas de la cuidad inaccesibles, si uno ve mucho coche de policía y oye el ruido de los helicópteros que sobrevuelan la cuidad… es porque seguramente su visita a Munich coincide con el fin de semana de la Munich Security Conference que se celebra a mediados de febrero.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de coincidir con el embajador Wolfgang Ischinger, Chairman de la Munich Security Conference, en una rueda de prensa que ofreció en el Club de Prensa de Munich. Contó que en esta conferencia se dan cita más de 600 personas: Jefes de Estado, ministros de Exteriores, ministros de Defensa, secretarios de Estado, miembros del Parlamento, jefes del Servicio Secreto de muchos países y miembros de diversos Think Tanks, etc. Explicó que por primera vez, debido a la situación geopolítica, participan jefes de Estado africanos y también CEOs de multinacionales ya que los temas sobre la migración y la ciberseguridad (por ejemplo, el riesgo de la manipulación de centrales nucleares) están muy de actualidad y afectan a todos en muchos aspectos. Wolfgang Ischinger también destacó que la parte más interesante de la conferencia no se ve: tiene lugar detrás, en encuentros con las puertas cerradas. Más de mil reuniones bilaterales y multilaterales al día tienen lugar durante la conferencia. Los políticos y dignatarios se puede ahorrar muchos viajes si agendan diversas reuniones durante la conferencia.
El cariz de esta conferencia ha ido cambiando con el paso de los años. Alegra constatar que la industria del armamento ahora ya tiene poca presencia en esta conferencia. Todo comenzó como una iniciativa germano-americana en 1963. La idea sigue vigente: Munich como cuidad neutral del encuentro. Al principio participaban una veintena de personas. Wolfgang Ischinger sucede al fundador de la conferencia, Ewald von Kleist, y también a Horst Teltschick, que fue asesor de política internacional de Helmut Kohl. Mucho ha cambiado desde la época de la Guerra Fría. Países como China y la India asisten hoy a la conferencia y también judíos y palestinos; americanos y rusos; miembros de la oposición siria y de los países árabes. La mayoría de las reuniones tienen lugar en el emblemático hotel Bayerischer Hof. Este año también se han celebrado sesiones abiertas al público, como el discurso de Kofi Annan en la Universidad Técnica de Munich.
Ischinger aprovechó el marco de esa conferencia para subrayar que el gasto público en Defensa en Alemania, y en general en Europa, es ridículo y de alto riesgo. Si es bueno dar el 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto para la ayuda oficial al desarrollo, lo conveniente es dar del 2 al 3 por ciento para la defensa. No extraña que estos días salgan noticias sobre la precariedad de los equipos militares en Alemania. En cualquier caso, todo lo que se haga para evitar un conflicto armado es poco.