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Eminencias grises en el Café Einstein

Después de las elecciones los partidos alemanes siguen haciendo jeroglíficos para conseguir formar un gobierno. El pasado domingo 19 de noviembre fracasó, por la intervención del Partido Liberal (FDP), la llamada coalición “Jamaica”. El nombre se debe a los colores de la bandera de Jamaica que representa a los cristiano-demócratas (negro), los verdes y los liberales (amarillo). Esto ha puesto al país al borde de una nueva convocatoria de elecciones y el Presidente de la Republica, Frank-Walter Steinmeier, tuvo que intervenir y en su función de interlocutor y mediador habló con todos los partidos.

Da la casualidad que estuve en Berlín el 21 y 22 de noviembre. Me encanta esta ciudad, especialmente el centro de Berlín, llamado Berlín-Mitte. Es una zona en la que la política se ve y se toca. Un lugar emblemático es el “Café Einstein”, en la calle Unter den Linden 42. Es un café situado en el centro del centro. Lo pude comprobar de nuevo el 22 de noviembre. Tenía una cita de trabajo y nada más entrar vi, enfrascado en una larga conversación, a Alexander Lambsdorff, diputado liberal. Llegó entonces la persona que estaba esperando y al comenzar nuestro encuentro me comentó que fuera estaba Jürgen Trettin, al que llaman “graue Eminez” (eminencia gris) del partido de los Verdes, hablando agitadamente con su móvil. Mi interlocutor aprovechó el momento y le hizo una foto. Minutos después apareció en el local su anterior jefe, Gerhard Schröder, del partido socialista y que fue Canciller de Alemania cuando Trettin era ministro de Medio Ambiente. Aunque no son del mismo partido les une una cierta amistad. No hacía falta imaginar demasiado para adivinar de qué hablarían Trettin y Schröder en el Café Einstein a los pocos días de fracasar las negociaciones de formación de gobierno. Ahora, de nuevo, se habla de la gran coalición entre cristiano-demócratas y socialistas.

Me giré y vi a Ulrich Deppendorf, que fue el jefe del estudio de la primera cadena de televisión de Berlín, en compañía de su mujer y de otra persona. Me sorprendió la gran concentración de eminencias grises en el mismo local y a la misma hora.

¿No seré también yo una eminencia gris? En fin, bromas aparte. Está claro que la política es un asunto de personas y de relaciones personales. Muchos están cansados de los políticos y por esto nos hacemos esta pregunta: ¿Qué hay que hacer para dignificar esta profesión que es, al fin y al cabo, un servicio a la sociedad?

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