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Educación para la ciudadanía

medium_Erziehung.jpegSi en Alemania cruzas un semáforo de peatones en rojo y te ve una madre acompañada de sus hijos, seguro que te cae un bronca: "¡no cruce en rojo!, ¿no ve que le están viendo mis hijos?".
Por otro lado, en las estaciones de metro no hay barreras para controlar si tienes billete o no, lo que sí hay son controladores que ponen multas sustanciosas si te pillan y eso lo sabe todo el mundo.

Hace poco dejé el coche aparcado en un garaje del centro de Colonia. Al regresar me di cuenta de que alguien había dejado en el volante el siguiente mensaje: "nos hemos permitido cerrar su coche para que no le roben". En efecto, parece ser que me olvidé de cerrar el coche.

Hace unos días rocé con una carpeta que llevaba bajo el brazo el retrovisor exterior de un coche. Con el ligero golpe, el retrovisor se quedó colgando de unos cables. Intenté montarlo de nuevo, pero no lo conseguí. Además iba apurado de tiempo. Me fui tan campante, pues pensé que el retrovisor ya debía estar roto, como ingeniero sabía que un retovisor bien construido debía soportar ese golpe y mucho más. El hecho es que dos mujeres fueron testigos del percance. Una de ellas iba con sus dos hijos. Al verme "huir" les vinieron los instintos policíacos y educativos y me preguntaron gritando que si era mi coche. Yo dije que no, siguendo tranquilamente mi "fuga".

Las testigos de este hecho me siguieron gritando, que si no era mi coche, que por lo menos dejara mi dirección en el parabrisas. Yo continué caminando, acordándome de mi origen mediterráneo y no prusiano. Al girar por la esquina, vino corriendo por detrás una de las testigos, que no se dejó intimidar por mi pasotismo y me dijo que como seguramente yo tendría un seguro de riesgo personal, el seguro se ocuparía de los gastos y que, por lo tanto, podía dejar mi tarjeta en el coche tranquilamente. Eso me convenció. Sin discutir, me giré y regresé al lugar del "crimen" para dejar mi tarjeta. La otra testigo me felicitó emocionada del éxito de la persuasión de su amiga: "¡esto es un comportamiento justo!". La verdad es que admiro a esas mujeres que no "pasaron" de mi indiferencia y de mi falta de buen ejemplo.

Querrán saber el final de la histora. Pues bien, me llamó al día siguiente la dueña del coche para decirme que no me preocupase, que el retovisor efectivamente ya estaba roto y que la persona que lo rompió se fugó. Yo, en cambio, dejé aviso. Y es que ya pensé que no soy tan bruto con mis golpes... Aproveché para indicarle que arreglase su retrovisor, pues cualquier día se le podría caer en la carretera y dañar a otro coche o incluso a personas.

Y, ¿cual es la moraleja?. En Alemania hay ciertamente una elevada disciplina civil y un cierto espíritu policíaco y educativo (que es aún peor en los suizos) y, en relación a la convivencia humana, tiene muchísimas ventajas y denota una buena porción de virtudes humanas como son el respeto, la justicia, la veracidad, la valentía, etc.

Ahora bien, me parece importante resaltar que el marco de la educación cuidadana debe ser siempre la visión íntegra del hombre y, por lo tanto, una educación basada en el "todo vale" o que ignore la dimensión espiritual y religiosa del hombre será siempre incompleta.

Comentarios

  • pero qué horror José! lo que te ha ocurrido!

    dos mujeres persiguiéntode y gritando por la calle, me imagino la escena!

    yo una vez vi a un ladrón escapar con una bicicleta robada y le tomé varias fotos, que fueron a dar a la policía (por mail, por supuesto);

    bromas aparte, es un delito huir después de haber destruido algo, un delito, esto es, si las sras. estas no te hubieran advertido que pagaba el seguro, sino que te hubiesen denunciado, te tendríamos que ir a ver a la cárcel!

    tu historia es demasiado buena, le pondré un link!

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