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Mallorca pierde puntos

Aunque he realizado algunas visitas esporádicas, hacía catorce años que no pasaba un mes seguido en Mallorca. Ha sido el mes de junio y tengo que decir que he encontrado a la isla bastante cambiada. Lo que más me ha llamado la atención han sido los grandes cruceros atracados en el puerto de Palma y los atascos de tráfico.

La situación geopolítica en Grecia, África del Norte y Turquía está favoreciendo que vengan más turistas a Mallorca. Por esta razón veo necesario, si no existe, la creación de una mesa de trabajo para elaborar un plan estratégico con vistas a 2030 sobre el posicionamiento turístico de Mallorca para los próximos lustros. ¿Qué tipo de turismo queremos tener en el futuro?, ¿cuáles serán las características que nos distinguirán de otras zonas turísticas?, ¿qué posibilidades tenemos para elegir el tipo de turista que nos interesa?

Sina Bodden visita Mallorca desde hace 10 años, donde también tiene un piso. Sina no es solo agente inmobiliaria sino que es conocida también por haber estado casada consecutivamente con dos jugadores de fútbol, primero con el jugador nacional Thomas Doll y, más adelante, con Olaf Bodden, jugador de la Bundesliga alemana. Mallorca es la meca de los clubs de futbol alemanes, que se acercan a la isla de la calma para descansar… y también para pasárselo bien. Sina se ha convertido en una amante de Mallorca pero también ve sus inconvenientes. Le encanta el buen humor de los españoles, habla incluso de la amabilidad de los conductores de autobús dispuestos a ayudar al ofrecer indicaciones de cómo llegar a los sitios, le gustan mucho el aeropuerto de Palma y también los campos de golf. Sina es una de esas personas que visita Mallorca continuamente a lo largo del año. A los alemanes les gusta reunirse con gente de su país cuando nos visitan, pero también muchos de ellos se esfuerzan por integrarse en la sociedad mallorquina, aunque para ello necesiten un “permiso de aterrizaje” por parte de los mallorquines, al igual que les ocurre a los que algunos llaman “forasteros”.

Mallorca se ha vuelto muy cercana a Alemania. “Los alemanes se encuentran más relajados en el isla”, dice Sina. Ahora bien “convendría tener un código que prohíba a algunos turistas subirse al avión por su forma de vestir o por su mal comportamiento”. Sina, como muchos, es amiga de los animales y le duele que le miren con mala cara o incluso que no le dejen entrar en un restaurante con su perrito. Es cierto que los españoles tenemos a veces cierto desprecio por los animales, pues por eso son animales, decimos. Aunque también los españoles vamos aprendiendo del amor que sienten los alemanes por el medio ambiente y, desde hace años, ya separamos los diferentes tipos de basura, algo fundamental, sobre todo si se vive en una isla. Si aprendemos a convivir y todos respetamos ciertas reglas viviremos mejor.

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