El proceso urbanizador de nuestro planeta va creciendo con una rapidez galopante. No solo va aumentando la población, sino también el número de ciudades. Hay grandes urbes de las que desconocemos el nombre y que no existían hace 20 años. En China incluso hay alguna cuidad fantasma todavía por poblar. También es cierto que algunas ciudades se están despoblando, en las que la media de edad va en aumento, como es el caso del Este de Alemania, con algunas zonas con media de edad senil. Visto de una forma global la población mundial está más bien estancándose.
Esto es un gran desafío para los gobiernos y los urbanistas. ¿En qué tipo de cuidad queremos vivir? La solución se encuentra en lo que hoy se llama la “smart city“. Es un concepto amplio y en sí, ambiguo. Está claro que la solución a la congestión no está siempre en doblar la anchura de las autopistas. Si ponemos la misma densidad de tráfico de Londres en Pekín, el medio ambiente estaría gravemente dañado. Hay gente que dice que una smart city es aquella en la que uno puede llegar a una zona verde andando en cinco minutos, o aquella en la que personas adineradas están dispuestas a viajar en transporte público porque es seguro, limpio, fiable y con una buena cobertura. En muy pocos años la cuidad de Shangai ha construido un red de metro asombrosa. Es interesante ver algunas imágenes satélite de cuidades a lo largo de los últimos 15 años, por ejemplo Dubai. Da vértigo la rapidez de su expansión y la extensión que alcanza.
Ser smart city consiste en mucho más que tener alta tecnología en el transporte público, como cuando nos indican en la parada cuando llegará el próximo autobus. Es una tarea interdisciplinar que afecta a urbanistas, pero también a los constructores de vehículos, así como a los diversos conceptos de movilidad que hoy se debaten. ¿Por qué en la autopista Palma-Andratx no van todos los coches uno detrás de otro, enganchados, de modo que uno pueda leer mientras circula y desengancharse automáticamente, por ejemplo, al tomar la salida de Bendinat o de Palma Nova?
Palma tiene muchas oportunidades para ser una smart city. No pocas cuidades alemanas lo son, aunque hay mucha tarea por delante. Es bueno pensar qué tipo de cuidad queremos dejar en manos de nuestros hijos y de nuestros nietos.