"Ego - el juego de la vida" es el último libro de Frank Schirrmacher. Los libros de este autor marcan la opinión pública en Alemania. En 2004 apareció "Complot de Matusalén", sobre el envejecimiento en Europa. En 2006 "Minimum", sobre la importancia de la familia para la sociedad y, más adelante, "Payback", sobre la influecia de internet en nuestra vida.
Con su obra más reciente, Schirrmacher reflexiona sobre el comportamiento del mercado, del consumidor y de la política ante el mundo financiero y la corrupción. En efecto, en los últimos años hemos visto caer el mercado inmobiliario, el sector bancario y ahora incluso estados completos se tambalean económicamente, provocando una fuerte inestabilidad social. ¿Quién comprende y quién explica el fondo antropológico de lo que está ocurriendo en el mundo occidental? Llama la atención, por ejemplo, que la canciller alemana, Angela Merkel, hable de la necesidad de una "política conforme al mercado", como si la política se tuviera que acomodar al mercado.
Estamos en la época del "capitalismo de la información", dice Schirrmacher. Disponemos de muchos datos y esto facilita las posibilidades de predicción. El escritor se adentra en la tesis de que el mercado financiero utiliza los mismos sistemas de predicción que utilizaban los dos bloques durante la Guerra Fría de los años 50-80. La cuestión es: "¿cómo se comporta mi enemigo si sabe que le estoy observando?". Es cierto que cada uno actua, en general, buscando su provecho exclusivo e individual antes de buscar el provecho de la sociedad. Esta es la base de la predictibilidad del comportamiento del consumidor. Si a esto se le añaden los resultados de la teoría del juego desarrollados por John Nash (quizá recordarán la película Beautiful Mind), nos vamos acercando a las reglas que rigen el mundo financiero de hoy. En efecto, no sorprende que Waren Buffett hable de "armas de destrucción masiva" al aludir a ciertos productos financieros. Es un vocabulario que ciertamente nos recuerda a la Guerra Fría.
El libro desvela algunos comportamientos de la industria quizá poco conocidos, como el "Death Dating", que hace referencia a esos productos que cuentan con un sistema de caducidad que les hace inservibles después de un cierto tiempo, como el es caso de algunas bombillas que no necesariamente se deberían estropear.
También se adentra en el mundo del "Big Data", que ocupa ahora a muchas empresas y que consiste en predecir situaciones de futuro, por ejemplo, enviar una patrulla de la policía a un lugar en el que muy probablemente se cometerá un atraco en unos momentos.
He leído el libro este verano antes de las declaraciones de Snowden. Está claro que vivimos en tiempos de una aceleración tecnológica galopante y con muchas posibilidades para hacer el bien y para hacer el mal. Conviene estar al tanto y no ser inocente.