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  • El carnaval de Colonia

    FK-Karneval_Koeln_008.jpegLas malas lenguas dicen que la mejor fecha para un asalto militar a Alemania sería el fin de semana de carnaval, especialmente en la zona del Rhin, que es el territorio de mayor tradición católica y dónde más se celebra esta fiesta.

    Aunque el carnaval más bien consiste en el buen humor y en un sano sarcasmo sobre la vida misma, también se dice que no hay nada más serio que el carnaval, pues las distintas asociaciones le dedican mucho tiempo a prepararlo. Es más, cuando se hacen estos chistes, la música los acompaña casi indicando cuál es el momento para reirse. El domingo y el lunes de carnaval se ven a muchos desfilando cómicamente con uniformes de soldados franceses. Lo hacen en recuerdo burlesco de la ocupación napoleónica de la zona del Rhin.

    Al carnaval le llaman la quinta estación del año. Comienza cada año el 11 de noviembre (11.11) a las 11.11 de la mañana. En este momento las mujeres de Colonia proceden a la toma del ayuntamiento y sacan a todo el mundo del edificio empezando por el alcalde, que por si acaso, ya está disfrazado para saludar a todos los cuidadanos. Empiezan los discursos y los bailes y a partir de ahí todos se desplazan a las cervecerías de la cuidad para seguir cantando alegremente. El punto álgido comienza el jueves anterior al domingo de carnaval. Ese día las mujeres tienen el privelegio de cortar corbatas. El varón que sale a la calle o al tranvía con una corbata, aunque sea una Hermes, se expone a quedarse sin ella y también a quedarse con la marca en la mejilla del maquillaje rojo de los labios de alguna loca.

    El domingo y el lunes de carnaval tienen lugar los grandes desfiles. Los más conocidos son los de Colonia, Düsseldorf, Aachen y Mainz. En las comparsas, de modo similar como se hace en las fallas de Valencia, se aprovecha para hacer alguna que otra burla de la vida política y social. Los políticos nacionales e internacionales salen mejor o peor parados según el sentir popular. Durante el desfile, al que asisten las diversas asociaciones de carnaval o clases de los colegios, se reparten caramelos que se tiran a los espectadores desde las comparsas. Éstas siguen circulando el martes, cada una en su barrio. Al carnaval se asiste disfrazado y, de este modo, aumenta la absoluta sensación de desbarajuste. Si un extranjero aterriza ese día en una de estas cuidades sin saber de qué fecha se trata, la sorpresa puede ser descomunal.

    Todo termina el miércoles de ceniza en la que la que la participación en las misas (y supongo que también en las confesiones) se nota mucho.

    También hay que mencionar que el carnaval es un gran factor social y económico y motivo de la creación de muchos negocios. Doy las cifras de un informe del Boston Consulting Group, publicado en la página web del carnaval de Colonia (www.koelnerkarneval.de): Volumen ecónomico 460 millones de euros, garantía de 5.000 puestos de trabajo, impuestos recuadados: entre 4 y 5 millones de euros, 540.000 viajes en taxi, 50.000 pasajeros de avión, 957.000 visitantes a cervecerías, 263.000 noches de hotel, 60.000 fiestas privadas, 204.000 visitas al peluquero, considerable aumento de actividades de beneficencia conectadas al carnaval, importante factor de integración social, agilización de contactos sociales y profesionales, etc. Vale la pena pasar por Colonia esos días.