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El pasado 25 de marzo, después de 24 años de encarcelamiento, entre las dos y las tres de la madrudaga, Brigitte Monhaupt abandonó la cárcel de Aichach en Baviera. Monhaupt es el cerebro ista de la segunda generación de la “Rote Armee Fraktion (RAF)”, el movimiento radical -ista de izquierdas que cobró muchas víctimas entre 1968 y 1998.
Butz Peters describe en su libro “RAF - - - - - - -ismus in Deutschland” la cronología del - - - - - -ismo alemán, que en su historia cuenta con más de diez huelgas de hambre de istas encarcelados. El Estado fue implacable. Holger Meins fue el primer ista que falleció el 9 de noviembre de 1974 como consecuencia del hambre. El 16 de abril de 1981 falleció también Sigurd Debus, en Hamburgo.
La mayor escalada de violencia tuvo lugar en 1977 durante el llamado “Deutscher Herbst”, el “otoño alemán”. Dos episodios lo marcan especialmente: el 5 de septiembre, a pocos metros de mi actual domicilio, y con la participación de Monhaupt, es secuestrado el presidente de empresarios alemanes, Hanns-Martin Schleyer, en su atomóvil y fallecen su chófer y tres agentes de seguridad. El 13 de octubre es secuestrado el avión “Landshut”, de Lufthansa, en su vuelo de Palma de Mallorca a Frankfurt y que termina cinco días después en Mogadiscio, Somalia, con el asalto del grupo especial antiterrorista GSG-9 en el que se liberan a todos los rehenes y fallecen tres de los secuestradores.
El 5 de enero de 1992, el ministro de Justicia, Klaus Kinkel, afirmó que “el Estado, ahí donde sea conveniente, debe estar dispuesto a la reconciliación” y recordó que, según el código penal, es posible adelantar el fin del arresto a antiguos istas.
Brigitte Monhaupt fue acusada de nueve asesinatos y de numerosos intentos de asesinato y fue condenada a cinco cadenas perpetuas y quince años de cárcel, una de las penas más altas de la historia de la jurisprudencia alemana. La cadena perpetua puede durar como mucho treinta años. El pasado 17 de febrero, el Tribunal Superior de Stuttgart levantó la pena y la liberó bajo tutela, provisionalmente, para los próximos cinco años.
Rudolf Schmiech, antiguo profesor del colegio de Monhaupt, afirmó para la emisora “Deutsche Welle”: “era una alumna muy aplicada pero ni especialmente trabajadora ni interesada”. Durante la carrera de filosofía en Munich tomó contacto con la izquierda ista.
Jörg Schleyer, hijo de Hanns-Martin Schleyer, ha declarado que puede vivir con la liberación de Monhaupt: “por el lado de los afectados podría afirmar ‘sí´. Como afectado hay que acercar la mano”. Después de 24 años, dice Schlayer, ha llegado la hora de hacerlo. “Sería más fácil para todos, si hubiera algún gesto por la otra parte pero no quiero hablar de arrepentimiento, pues esto, de momento, me supera”.
Soy partidario de que el Estado no se deje intimidar.