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En pijama a la recepción del Presidente

meckel.jpegEl pasado 14 de septiembre tuve la oportunidad de asistir a la lectura que Miriam Meckel hizo de su libro "Carta a mi vida, mi experiencia con el burnout". Este evento de la conocida profesora de comunicación corporativa de la Universidad de San Gallen (Suiza) tuvo lugar en la librería "Mayersche Buchhandlung" de Colonia.

En un año ya han sido publicadas cinco ediciones del libro. Esta autora ya me había llamado la atención por escribir sobre temas que salen del main stream. Su anterior libro "La felicidad de la incomunicación. Salidas de la trampa de la comunicación" ponía ya en duda que seamos más eficaces si estamos continuamente pinchados a la Blackberry o emitiendo mensajes a través Twitter y Facebook que a poca gente le interesa.

A Miriam Meckel se la ve planchada tras viajes continuos y sobredosis de comunicación. Duerme mal, el cuerpo se resiente y al ver que tiene 50 emails sin leer, se desmaya. El médico le prescribe 3 días de inactividad en una clínica: sin teléfono, sin internet, sin prensa, sin visitas. Simplemente mirar desde la ventana durante tres días. En esta situación se da cuenta de que tiene muchos asuntos que resolver en su vida: nota que desconoce las raíces de su vida, descubre que no ha procesado interiormente ni la muerte de su madre ni el suicidio de una amiga, se da cuenta que falta regularidad en su vida y que ha perdido el sentido de la orientación. Y lo que es más grave: cae en la cuenta de que no se ha planteado el sentido de su vida y escribe: "preguntar a alguien por el sentido de la vida en el día a día es tan valiente como acudir en pijama a una recepción del Presidente de la República"

Dedica varias páginas a describir las prácticas que se dan en algunas empresas al ejercer un control a los trabajadores sobre los que caen sospechas de no hacer bien su trabajo. Esto ha llevado a un "cultura" de la desconfianza. Nos recomienda dedicar más tiempo al trato con personas que nos son importantes y reducir nuestra vida social. Meckel también echa en falta que apenas se escriban cartas de puño y letra. Comenta que el burnout es una enfermedad de moda de los que tienen éxito. Sólo la persona de éxito tiene burnout, que no es más que lo que antes llamábamos agotamiento físico y psíquico.

Entre sus lectores se han formado dos bandos: Un bando lo forman aquellos que piensan que el libro es útil y supone una ayuda como aviso para aquellos que se encuentran en situaciones similares. Además está muy bien escrito y es muy idóneo para un audio libro, que ya está a la venta. El otro bando lo forman aquellos que piensan que es un libro más, típico de una mujer de carrera y sin hijos, sacando la conclusión de que el libro no le ha servido de escarmiento sino de autobombo. Yo me uno al primer bando.

Pienso que un libro como este puede ser una ayuda más para hacernos reflexionar. Está escrito por una persona lejana de la práctica religiosa, como ella misma escribe. Razón de más para que aquellos que tegan la ayuda de la espiritualidad cristiana sepan sacar brillo de los recursos que les puede proporcionar la práctica religiosa. Puede bastar entrar en una iglesia, como las muchas que tenemos en nuestra isla –esperemos que estén abiertas– y pararse un poco a pensar y a rezar. Ya el hecho de pararse es un alivio.

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