Para un mallorquín acostumbrado al pino y como mucho a la palmera llama la atención la frondosidad del bosque alemán nada más llegar a este país. Para empezar, el cambio de las estaciones del año es más acentuado y se nota al variar el color de las hojas de los árboles.
El paseo por el bosque es parte de la identidad y de la nostalgia de la sociedad alemana, que incluso se manifiesta en que muchos cementerios son parques naturales, e incluso últimamente se han abierto cementerios en el bosque.
La "selva negra" es una conocida zona de Alemania en la que la densidad de los árboles es tal, que apenas llega la luz al suelo y de ahí viene el nombre. El "Waldsterben" (el fallecimiento del bosque) fue uno de los puntos de partida del movimiento ecologista y del partido verde. Otro entorno natural destacado son las bellas laderas de bosque del Rhin en las que se asoma de vez en cuando un castillo.
El bosque tiene también su papel en la literatura alemana. Son conocidos los textos de Heinrich Heine o de Joseph von Eichendorff, y también los cuentos de los hermanos Grimm están llenos de escenas en el bosque. Esta identificación con el bosque fue incluso turbada y usada con intencionalidad por la ideología nazi.
Recuerdo también que al llegar a Alemania tenía en la memoria alguna que otra imagen de películas de la II Guerra Mundial. En efecto, la batalla en el Hürtgenwald, cerca de Aachen, fue especialmente sangrienta y su recuerdo perdura en los textos de Ernest Hemmingway y de Heinrich Böll.
El bosque es un lugar de encuentro social, de fiestas, de manifestaciones y también incluso de procesiones. Un día haciendo jogging vi acercarse en el bosque una pequeña procesión parroquial del Corpus Christi. Alguno de los feligreses se sorprendió al ver que me paré y me arrodillé en el suelo de tierra al paso de la procesión.
El paseo por el bosque es la unidad del alemán con la naturaleza y llama la atención el esmero con el que se cuidan. Algunos de estos bosques se encuentran en el centro de la cuidad. Un ejemplo es el Englischer Garten en Munich, que era una antigua zona de caza de la aristocracia y que con el paso del tiempo pasó a pertencer a la cuidad. Igualmente Berlín y Colonia cuentan con grandes bosques que dan un especial toque a estas cuidades haciéndolas parecer menos urbanas.
Por esto también vale la pena conocer Alemania desde esta perspectiva de la naturaleza.