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  • Dar vida a la historia

    Le saloniere.JPGRecuerdo cuando era pequeño que un dia fuimos a cenar a Son Termens con toda la familia donde vimos una lucha de caballeros montados a caballo y cenamos pollo con Mirinda de limón, todo en plan Hollywood.

    Imaginemos que un día los jardines de Alfabia aparecieran ambientados con personas con vestidos y modos de hablar originales del siglo XIX: una merienda al estilo de la época, una cena y un baile.  ¿No sería también un ambiente ideal para dar un clase de historia in situ para un curso de la ESO sobre la Ilustración?. Lo curioso de la situación es que los alumnos podrían incluso hacer preguntas a los actores, por ejemplo: ¿no es incómodo ese traje?.

    Gesa Maren Schmidt e Isabel Gronack-Walz, de Colonia, tienen una empresa que se dedica a organizar este tipo de eventos (www.saloniere.net), no en plan Hollywood, sino que se trata de la “clase-A“, la clase auténtica. Es decir, los trajes tienen la costura de la época, la comida se cocina con los utensilios y las recetas de la época, etc. Tienen eventos abiertos para la gente interesada en algo así, y eventos cerrados para los que quieren celebrar, por ejemplo, el cumpleaños de un modo distinto. La mayoría de los participantes alquilan los trajes y esto les permite colaborar con sastres de alta costura. Estas fiestas están abiertas para todas las edades y es común ver participar a familias completas: abuelos, padres e hijos.

    A estos eventos asisten "freaks" a los que les entusiasma este tipo de "second life". Les ocurre una especie de mutación que les permite actuar con soltura y en vivo (no de modo virtual) en un mundo pasado. Son personas de diversas profesiones: modistas, fotógrafos, historiadores, gente, en general, de elevado nivel cultural. Los hombres se interesan más por las armas y por la arquitectura de los castillos y las mujeres por los trajes y las recetas. De hecho, tanto la historia de la moda como la historia de los modos de comportamiento social son la historia de la cultura. Algunos se lo toman demasiado en serio y son absolutamente precisos en todo. Otros pretenden sólo evadirse un poco y disfrutar en una especie de "máquina del tiempo". Es curioso observar la capacidad de mutación y de actuar que tiene el hombre y de adquir modos de comportamiento de otra época. Algunos rozan el autismo. Hay personas con este hobby en Dresden, Munich y Beyreuth, en general en zonas donde hay castillos. Por ejemplo así funciona el grupo Victorias Enkel (www.victorias-enkel.de). Los expertos están en Francia. No podía ser de otro modo. Hay ejemplos también en Estados Unidos (Colonial Williamsburg, www.colonialwilliamsburg.com). No tengo noticia de algo similar en España, pero quién sabe.

    El precio de la evasión, si no se controla, es siempre la depresión. Por otra parte, el interés por lo bello y lo culto es expresión de una nostalgia existente en nuestros días en un mundo cada vez más virtual. Es bueno para el hombre rodearse de lo bello, pues lo bello puede conducirle a descubrir lo verdadero y lo bueno.