La presentadora de televisión Eva Herman y autora de libros sobre el feminismo y la familia ha publicado recientemente el libro "La verdad y su precio -la opinión, el poder y los medios-". No deja de ser interesante lo que escribe una persona que ha sido durante más de 20 años "la cara" de las noticias en la emisión del telediario más visto en Alemania.
Alemania está crispada ante la crisis demográfica. En sus libros Eva Herman habla de la importancia de la madre para un hijo en sus primeros tres años. Algunos no soportan oir esto. Eva Herman no está en contra de que una madre tenga que confiar a su hijo durante esta época a un jardin de infancia. Lo único que Eva Herman afirma es que es un riesgo para el hijo no estar más cerca de su madre, sobre todo si no se encuentra en buenas manos. A algunas feministas como Alice Schwarzer no les cae muy bien Eva Herman. Desde su revista "Emma" lanzaron una campaña para hacer ver a la emisora de una televisón que un mujer que defiende estas posturas no es neutral y, por lo tanto, no puede ser presentadora de una televisón estatal. Es curioso observar cómo la maternidad provoca debates tan oscilantes en la opinión pública alemana.
El modo más eficaz para descualificar a una persona en Alemania en la opinión pública es posicionar su modo de pensar cerca de la ideología nazi. Es la sentencia de muerte en la opinión pública. El que es tachado de nazi - con motivo o sin el - es lógicamente una persona non grata. Con motivo de algunas afirmaciones sacadas de contexto, fueron muchos los medios que pusieron a Eva Herman en este trance, sin darle oportunidad de aclarar el malentendido. Es especialmente interesante observar como una profesional de la comunicación se convierte en víctima de lo políticamente correcto. Lo único que pide Eva Herman es que se investigen sus afirmaciones del mismo modo que los medios, quizá hipócritamente, piden que se investige en Rusia o en China.
Especialmente cómico fue el tribunal televisivo organizado por el famoso moderador Johannes B. Kerner. Éste quiso, en un afán de gallardía y caballerosidad, dar una oportunidad a Eva Herman para defender su posición. En el transcurso de la grabación se vio que realmente se trataba de organizar un escándalo mediático sin precedentes en la historia de la televisón alemana, digno de ser tratado en todas las escuelas de periodismo. En vez de darle oportunidad de explicarse, intentaron "pillarle" de nuevo en un aprieto y, como no lo consiguieron, no se le ocurrió a Kerner idea más feliz que decir: "Yo despido a Eva Herman", con lo cual ella se levantó y abandonó el escenario.
Con fecha de 27 de julio de 2009, el Juzgado Superior en Colonia imputó una indemnización de 25.000 euros a la editorial Springer, dueña del periódico "Hamburger Abendblatt", por haber citado de una manera deliberadamente errónea a Eva Herman, poniéndola en la cercanía de la ideología nazionalsocialista, contibuyendo de esto modo a arruinar su buena fama y dañando gravemente los derechos de su persona.