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  • La Centralidad de la Persona en el Trabajo

    Alfred Herrhausen, un alto directivo del Deutsche Bank escribió el libro “Denken, Ordnen und Gestalten” (Pensar, Ordenar y Configurar). Yo suelo decir que le falta un verbo: Meditar (otros dirán rezar), Pensar, Ordenar y Configurar. 

    El que medita puede pensar bien, el que piensa puede ordenar y el que ordena puede configurar. Este es nuestro trabajo, que hecho así, puede llegar a ser una realidad transformante y transformadora.

    Ahora que comienza el año y estamos llenos de buenos propósitos, quizá habremos caído en la cuenta de que no se trata, de trabajar más, sino de trabajar mejor. ¿Y cómo trabajamos mejor? Cuando nos damos cuenta que el trabajo es un acto de la persona (por mucha ”inteligencia artificial” que se nos venga encima). 

    ¿Y cuáles son los actos de la persona? La reflexión y la interrelación interpersonal, frutos de la inteligencia y de la voluntad. Por la tanto la pregunta que me puedo hacer es, ¿cuándo soy más persona en el trabajo? En tanto en cuanto soy consciente de en qué estoy trabajando y lo que eso significa, aquí y ahora, al ser mi trabajo fruto de la reflexión. Esto me lleva, por ejemplo, a intentar preparar todo mejor. Muchos dicen que la preparación (de una llamada, de una conversación, de un mail, de una presentación) es el 90% del éxito.

    En tanto en cuanto soy mejor persona en el trabajo, ejerzo más virtudes y sobre todo tengo más compasión conmigo mismo (y por lo tanto menos ansiedad), con mis colegas y con mis clientes. La compasión va más allá de la empatía. Nos lleva incluso a veces a ejercer nuestro deber de corregir con delicadeza y elegancia. 

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