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Pros y contras del aula digital

El 13 de marzo el director del Executive MBA de la Escuela de Negocios IESE dijo en el campus de Munich: "A partir del lunes, las clases se impartirán digitalmente". Estaba presente como mentor de mi equipo. Como ha dicho el historiador Yuval Noah en una entrevista en la radio: "El hecho de que en muchas escuelas y universidades se hayan tenido que impartir las clases digitalmente de la noche a la mañana es una gran revolución social”. Algunas universidades, así como muchas empresas, ya tenían los planes en el cajón. No los consultores, sino COVID19 ha sido el gran acelerador del cambio digital. Algunos profesores ya estaban formados, otros tuvieron que hacerlo rápidamente.  

¿Qué se puede decir después de estos dos meses de experiencia? Por un lado, la solución de emergencia funcionó. Las clases no fallaron. La tecnología digital permite una participación activa limitada, el trabajo en grupo virtual es parcialmente posible y se pueden hacer preguntas de un modo remoto. Si la calificación depende también de la participación activa, los estudiantes la perciben como una posibilidad con restricciones.  

Por otro lado, los estudiantes que han disfrutado de la presencia real notan que es una gran pérdida no poder seguir en contacto con sus compañeros y profesores. El contacto humano es crucial, dicen muchos. ”La oportunidad de conocer a profesionales de diferentes países, industrias y culturas es lo más emocionante del Executive MBA”, comentan. Bastantes profesores también afirman que impartir los Case Studies digitalmente requiere de mucho más trabajo. El guión de las lecciones tiene que ser ensayado con mucho más detalle. Aun así, los resultados no son malos. A veces son incluso paradójicamente mejores, pero eso depende mucho de la asignatura. Algunas materias son aptas, otras difícilmente. Hay profesores con experiencia en el aula virtual que la han abandonado diciendo que enseñar es mucho más que transmitir conocimientos. Enseñar es formar y eso requiere el trato humano, mirarse a los ojos, desarrollar aptitudes, algo difícil o casi imposible de alcanzar de una manera virtual. Es difícil transportar valores de manera virtual, casi tan difícil como educar a los propios hijos de un modo virtual.

Muchas empresas, también las escuelas de negocios privadas, ahora tienen que validar su modelo de negocio. Cualquier escuela de negocios que se base en la experiencia de la transformación personal mientras se participa en un programa tendrá que rechazar la escuela de negocios puramente digital como solución permanente. Sin embargo, algunos elementos plenamente digitales son posibles en los programas mixtos. Esto significa una mezcla de contenido virtual y presencial en el aula y en el campus. En ciertos casos la versión puramente digital de un programa será suficiente y muy viable. Por el momento, ninguna escuela de negocios puede prescindir por completo de las ofertas digitales. Algunos se han especializado en la oferta de "MOOCs" (Massive Online Courses). Incluso nuevas tecnologías como la realidad virtual y la realidad aumentada pueden ser muy útiles en clase.

Entonces, ¿hacia dónde vamos en el mundo educativo? El World Economic Forum, entre otros, ha estudiado esta materia y llega a la siguiente conclusión: "Nuestro sistema educativo actual, que se basa en el modelo de la Revolución Industrial, se centraba en el coeficiente intelectual, especialmente en la memorización y la normalización, aptitudes que pueden ser sustituidas fácil y eficazmente por la Inteligencia Artificial, en la que el coeficiente intelectual por sí solo no es suficiente. Una buena mezcla de IQ (inteligencia) + EQ (inteligencia emocional) + RQ (resiliencia) es esencial para liberar el potencial de un estudiante".

Estamos al principio de un desarrollo a largo plazo. La coronacrisis ha marcado el inicio de un camino que nos obliga a trabajar en nuevas soluciones. La innovación en la enseñanza es, por lo tanto, una cuestión muy relevante, ahora más que nunca.

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